Penitencia de lluvia y solidaridad

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Acelerado paso de los titulares hacia la Concepción, donde se refugiaron casi una hora tras sorprenderle la lluvia en la Carrera Oficial

El Cristo de la Sangre, a su salida de la parroquia de San Sebastián.
Elena Llompart

23 de marzo 2016 - 01:00

UN enorme arcoiris llenó de luz la salida de Estudiantes a las puertas de San Sebastián y, a priori, nada hacía pensar que unas horas después la lluvia rompería el cortejo, modificando el regreso hasta el templo. A las 17:18, el hermano mayor, Javier Pérez Blanco, anunciaba que la hermandad saldría a su hora, las 17: 40, y Cantero Cuadrado y Federico Mayo eran un hervidero de personas ávidas de ver al Cristo de la Sangre y a Nuestra Señora del Valle.

En el interior del templo, el obispo de Huelva, José Vilaplana, dedicó una oración a las víctimas de los atentados de Bruselas, refiriéndose a esas "situaciones dolorosas que hacen que el mundo viva con zoozobra e inquietud". Vilaplana invitó al cortejo a dedicar la estación de penitencia a todas las víctimas, y por ellas sonaron los llamadores de las hermandades en numerosas ocasiones de la jornada de luto del Martes Santo.

El alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, hermano de Estudiantes y cofrade, conversaba y deseaba una buena estación de penitencia a otros hermanos, como a los miembros que representaban a la comunidad universitaria que cada año forma parte del cortejo. Entre ellos estaba el rector de la Universidad de Huelva (UHU), Francisco Ruiz.

Muy puntual, la cruz de guía cruzó el dintel seguido por los nazarenos que portaban sus característicos cirios color miel y, unos minutos después, la primera levantá del paso de misterio en el interior de la iglesia, guiado por el capataz Manuel Gómez Carnicerito, estuvo dedicada a Paqui García Alejo, "hermana de Estudiantes que ha estado enferma y que se ha recuperado".

La segunda levantá fue un homenaje a Juan Ferrer, presidente de la Hermandad del Rocío de Huelva y, en la tercera, Antonio León Ferrero, hijo de Antonio León Ortega (imaginero artífice de los dos titulares de la cofradía), hizo sonar el llamador. "Él creó al Señor de la Sangre, al que paseáis y por el que tenéis devoción. Esta levantá va por él, imaginero de la tierra. Esta imagen fue especial para él porque la hizo con mucho cariño. Por él, por su familia y por su hijo. Seguro que Antonio está junto al Cristo de la Sangre", señaló el capataz.

La música de capilla del Trío Gólgota inició sus sones y, tras salir de San Sebastián el paso de misterio, fueron elevados sobre el monte de lirios la cruz y la figura de Cristo. Se alejaba el paso de misterio cuando bajo el dintel de San Sebastián se atisbaba el exorno floral blanco, a cargo de Antonio Rivera, que adornaba el palio de Nuestra Señora del Valle. Antes, dentro de San Sebastián, una de las levantás fue dedicada al vestidor, Manuel Ponce.

Con su característico caminar, el paso de palio salvó la rampa de la iglesia con su marcha, interpretada por la Banda Nuestra Señora del Carmen de Villalba del Alcor, como banda sonora, y dispuesta a seguir los pasos de su Hijo hacia Carrera Oficial.

Todo se aceleró cuando precisamente en Carrera Oficial la lluvia sorprendió a las hermandad: los paraguas se abrieron a poco después de las 20:30 y la cofradía buscó refugio en la Concepción. Los dos pasos estaban dentro a las 21:00, tras acceder de manera alternativa con los titulares de la Lanzada. La junta de gobierno se reunió y, aunque la lluvia cedió, a las 21:45 volvieron a irrumpir las gotas en la capital onubense.

La hermandad decidió aprovechar un claro para volver a casa por el camino más corto, una vez que Pasión dejó libre el tramo de la Carrera Oficial a la altura de la Concepción. A las 22:25 se anunció la vuelta a casa. Para no cruzarse con Pasión, la hermandad optó por subir en media hora la calle Puerto, siguiendo por Pablo Rada y la calle Mackay Macdonald.

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