El Señor de la Providencia sale desde La Concepción

EL hormigueo de nervios que corre por el cuerpo de cualquier cofrade, durante las horas antes de realizar su estación de penitencia se vio acrecentada de manera exponencial ayer para los hermanos de la Santa Cruz.

Ha sido un año muy intenso para estos cofrades que han visto cómo uno de sus anhelos se hacían realidad, como era su traslado a la Purísima Concepción después de que sus titulares estuvieran durante varios años en la Parroquia de Santiago Apóstol.

Cofradía joven que gusta de las esencias más auténticas, la Santa Cruz cambió La Merced por La Concepción. De este modo, este Miércoles Santo tuvo un matiz inexcusablemente histórico no solo para esta hermandad sino para todo el mundo cofrade onubense.

Con la austeridad de la que hacen gala, la puerta del céntrico templo, auténtico punto neurálgico del mundo cofrade onubense, abrió sus puertas con extraordinaria puntualidad, a las 19:20, para dar paso a una cofradía que además estrenaría recorrido que se cubriría de manera íntegra, por el centro de la capital.

Su paso ha logrado, en los escasos años en los que la Santa Cruz realiza estación de penitencia, dejar impronta con la personalidad de su misterio que, ayer, presentó un destacado estreno: el tallado del frontal de la canastilla y los respiraderos lo que, aparte de ser un primer paso en esta tarea del tallado, sugiere lo que supondrá en incremento de belleza.

Tras salir de La Concepción -esta hermandad gusta de vivir los momentos previos a la estación de penitencia en gran intimidad- , la Santa Cruz buscó la estrecha calle Mora Claros y de ahí, descendió para acceder a la Carrera Oficial. El onubensismo de su orfebrería y resto de enseres, así como la música de capilla que corre a cargo de la Capilla Musical Madre de Gracia o la figura del muñidor que va abriendo paso a la comitiva procesional, son todos elementos que contribuyen a acentuar la personalidad de la Santa Cruz en un día tan singular como es el Miércoles Santo en la Semana Santa de la capital.

Lo cierto es que fue toda una delicia estética contemplar el magnífico misterio, presidido por el Señor de la Providencia, adentrándose y avanzando a través del irregular trazado de las calles del centro, aspecto éste que no hizo otra cosa que contribuir al disfrute de esta cofradía que supone un gran contraste, e incluso contrapunto, con lo que se vive, esta misma jornada, a escasos metros y que responde a otra manera de entender la devoción cofrade.

Fue el pasado día 14, cuando la Santa Cruz efectuó la mudá del paso desde la casa de hermandad hasta La Concepción. Ya sus titulares, durante el pasado mes de febrero, fueron objeto de sendos besamanos y besapiés respectivamente. El traslado de sus titulares tuvo lugar en noviembre del año pasado.