Diálogos cofrades
Las zambombas
Diálogos cofrades
Huelva/GUASA: ¡Unaaaa corooooonaaaa de espiiinaaaaas! Hombre, Rancio, ¡al que menos esperaba en una zambomba!
–Rancio: Pues mira, resulta que este año mi hermandad organiza una y me he pasado a ver qué tal el ambiente navideño. Es curioso ver cómo cambian los tiempos: antes, proliferaban más los grupos de campanilleros tocando villancicos, donde no faltaba la copita de anís invitada en alguna que otra parada. Ahora, las plazas están copadas de barras de chapas de Cruzcampo y escenarios para los “artistas”.
–Guasa: ¿Y qué problema hay con eso? Hay que ver lo que ha ganado la ciudad con este ambiente navideño, y todo hay que decirlo: otra vez gracias a las hermandades, que han dado vida a las plazas más cañís. Aunque ahí también tengo mi queja: no se pueden hacer obras que después no permitan el disfrute de las tradiciones, como la zambomba de San Pedro, o que no puedan pasar las carretas del Rocío por la Concepción…
–Rancio: Con la cera en el suelo de las calles peatonales tenemos el mismo problema. No va a tardar mucho en que les cobren a las hermandades por la limpieza urbana. Al tiempo. Es lo primero que se me pasó por la cabeza al presenciar la procesión de la Inmaculada. Por cierto, una maravilla de recorrido y procesión. Solo para paladares exquisitos. Imagino que tú estarías en la magna hispalense, ¿no? Y habrás pasado más frío que el Nuncio del papa… Pobre hombre, lo que ha tenido que aguantar allí sentado, tan solo.
–Guasa: Bueno, allí estuve los dos días. Me he hecho más kilómetros en la A-49 que mi cuñado Quini, que ha ido a 75 igualás para entrar en algún paso de allí, el que sea, y se traga pescaítos, ensayos, mudás… Y ha tocado menos palo que el Chato, el aguaó… Yo hice la ruta de los besamanos completa y… hombre, algo de frío hacía, pero en los traslados iban los pasos tan arropados que no se notaba. Eso sí, eché en falta alguna que otra banda de Cristo. Lo del Cachorro fue un crimen.
–Rancio: Vi algo por la tele mientras cenaba y la imagen del Cristo de la Expiración, conocido en los ambientes arrabaleros como El Cachorro, mientras sonaba la marcha Dolores, saeta onubense… Una maravilla que quedará para nuestra historia cofrade. Y para besamanos las de las reinas de Huelva. Las dos en su línea devocional, espectaculares.
–Guasa: Por cierto, ¿te has enterado del problema que está teniendo la nueva hermandad que había encontrado acogida en El Torrejón? Al final parece que se ha anulado todo.
–Rancio: No tengo mucha información de esa asociación que va a Sor Eusebia pero creo que la devoción y necesidades de la comunidad parroquial son las que tienen que demandar una hermandad, y no al revés.
–Guasa: Pues algún templo los tendrá que acoger, digo yo, porque después nos quejamos de que no quieren nada con los curas y al final tienen que salir de La Casona.
–Rancio: Bueno, eso ya, Guasa… De las cosas más lamentables que tenemos que ver en unas fechas tan señaladas para los cofrades. Y tanta gente que va a verlo aceptando pulpo como animal de compañía… ¡Estamos en pañales, Guasa!
–Guasa: Tú siempre igual, Rancio. Te has quedado anclado en la Semana Santa de mis abuelos. La vida cambia. Hay que modernizarse, hombre.
–Rancio: Pero sin convertir algo tan serio en un pasatiempo vacío, Guasa.
–Guasa: Bueno, me voy yendo, que cuando te pones así no hay quien te baje del burro. Además, tengo que recoger a mi chiquillo en el McDonald’s que está en una zambomba y canta la novia en el coro joven de la Hermandad de Huelva. ¡Felices fiestas a toda la familia, Rancio!
–Rancio: ¿Una zambomba en una hamburguesería americana en la que cantan coros de hermandades? Lo que me faltaba por oír. Me parece que voy a pasar las Navidades en la Sierra de Huelva, donde todo es más puro, con sus belenes y coros de campanilleros. ¡Feliz Navidad, Guasa!
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