Día para el recuerdo en el Centro Penitenciario de Huelva con la Celebración Jubilar junto al Cristo de la Sangre
Una cita que contó con los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva y la gran saetera Verónica Silveiro, de la Peña Flamenca de Las Colonias
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Desde el año 2017, Huelva Información junto a la Pastoral de la Diócesis, viene haciendo una actividad en el Centro Penitenciario dedicada a los internos en Cuaresma. Tradicionalmente se le denominaba Exaltación a la Semana Santa pero este 2025, al conmemorarse el Año Jubilar de la Esperanza, el acto ha sido especialmente significativo, cambiando el formato con la implicación directa de la Hermandad de los Estudiantes y su Cristo de la Sangre. "Hemos sustituido la exaltación por la lectura de una meditación, el ejercicio de las 'cinco llagas' en honra, memoria y veneración del Santísimo Cristo de la Sangre y un besapié", contaba Eduardo Sugrañes, coordinador del acto. Así, explicaba que "nosotros lo que traemos es un poquito del aire fresco de la Semana Santa a través del Cristo de la Sangre por su vinculación histórica con el antiguo centro penitenciario de Huelva".
De este modo, este 21 de marzo los internos de La Ribera disfrutaban a lo grande de una jornada llena de fe con la Celebración Jubilar en el Centro Penitenciario con el Cristo de la Sangre por el Año de la Esparanza. Una cita que contó con los sones de la Banda Sinfónica Municipal de Huelva y la gran saetera Verónica Silveiro, de la Peña Flamenca de Las Colonias. El vicario general de la Diócesis de Huelva y también capellán del centro penitenciario, Emilio Rodríguez Claudio, aseguraba que "en este momento, en este tiempo de Cuaresma, que el Santísimo Cristo de la Sangre venga acompañando a los internos es algo muy significativo. Llevo 29 años entrando en esta casa. Para mí siempre es una alegría caminar junto a ellos, al igual que para el gran equipo de voluntarios de la Pastoral que vienen cada día a charlar, a hacerles compañía, a preocuparse por sus problemas, a escucharles. Celebramos con los internos cada viernes la Eucaristía y si siempre esperan ese momento de encuentro con Dios con alegría, lo de este 21 de marzo supone un regalo aún más grande", compartía emocionado.
El Ayuntamiento de Huelva, a través del Concejal de Cultura, Nacho Molina, colaboraba con la cita a través de la participación, por quinto año, de la Banda de Música municipal. Igualmente, la Subdelegada del Gobierno en Huelva, María José Rico, también hacía acto de presencia para mostrar su apoyo junto a la institución penitenciaria, poniendo en valor este encuentro como parte del programa de reinserción social con los internos.
A las 10:40, el escenario del salón sociocultural se convertía en un gran altar con un protagonista indiscutible: el Cristo de la Sangre. La Banda Sinfónica Municipal, a su lado, entonaba la marcha Soleá dame la mano para dar comienzo a la ceremonia. Los internos, que llenaron al completo el salón, se secaban las lágrimas al observar la icónica imagen del titular de Los Estudiantes, en su cruz, presidiendo el escenario. La Semana Santa entraba de lleno en el corazón de los reclusos con el profundo olor a incienso y las palabras de bienvenida del Hermano Mayor, Pablo Marchena: "Sé que las circunstancias no son fáciles, pero no estáis solos, la misericordia de Dios es inagotable", pronunciaba, mandando un mensaje de apoyo a los presentes e invitándoles a "refugiarse en la iglesia y en la fe como consuelo".
Tras él, Eduardo Sugrañes comenzaba la lectura de la meditación, destacando, en el segundo viernes de Cuaresma, que "Cristo es el médico del desconsuelo, el médico de la paz al que acudir buscando misericordia". Así, hacía una invitación a vivir la "Cuaresma de la familia, amigos y esperanza" e hizo un recorrido por la explosión de emociones y sensaciones de la Semana Santa. "Que os encontréis como un Domingo de Resurrección", indicaba, culminando con el mensaje de aliento del propio Papa, que animaba a "No perder la esperanza, porque la esperanza no defrauda".
A continuación, Verónica Silverio emocionaba con dos saetas en forma de plegarias dedicadas al Cristo de la Sangre y a los internos. Y después, el significativo rezo de las cinco llagas. Cinco rezos a las llagas del Cristo en boca de uno de los miembros de la hermadad, dos internos y otros dos componentes de la Pastoral. Un emotivo momento que daba paso al esperado besapiés, anunciado por la marcha cofrade más universal de la Semana Santa: La Madrugá. Uno a uno fueron subiendo los internos profesando su fe al Cristo y viviendo, por unos instantes, la plenitud de la Semana Grande desde dentro.
"He sentido los recuerdos de cuando era costalero y salía en la calle con mi cofradía. He dejado volar mi imaginación y me he sentido afortunado de representar a todos mis compañeros que hoy no han podido vivirlo. Ha sido un emotivo momento que también va para ellos", confesaba uno de los participantes. "He sentido mariposas, las lágrimas no paraban de brotar. Me he emocionado. Hoy, sin duda, es un día para el recuerdo", contaba otro interno".
Y alrededor de las 12:00, llegaba el final. "Amor con amor se paga. Que en este año especial seamos sembradores de esperanza y salvación en medio del mundo", concluía el vicario, antes de que el gran protagonista, el Cristo de la Sangre, volviera a salir a hombros de los internos, esta vez, despidiéndose de la cárcel para volver a la Iglesia de San Sebastián, su casa.
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