Mari Ángeles Cruzado lleva su rezo sublime a la Virgen de la Esperanza
EL AGUAÓ - XXXI EXALTACIÓN A LA SAETA
Jesús Flichi muestra su emoción esperancista a los pies del paso de palio
El compositor Abel Moreno pone el broche al dirigir a la Banda Sinfónica Municipal de Huelva con su obra maestra 'La Madrugá'
La XXXI Exaltación a la Saeta de Huelva, en imágenes

Huelva/El mismo ambiente de un Miércoles Santo se hacía notar en la Iglesia de Santa María de la Esperanza, un lugar donde durante todo el año nunca falta una oración a la Virgen de la Esperanza. Fue allí donde en esta ocasión, se celebró con gran éxito la XXXI Exaltación a la Saeta de Huelva.
Un acto que Huelva Información, de la mano de El Corte Inglés, organiza cada Cuaresma haciéndose como una cita única para los amantes de la saeta, la prosa y la música. Año tras año este acto único se celebra en los mejores escenarios, y en esta ocasión, tuvo el honor de contar con la presencia de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada bajo su paso de palio, engrandeciendo aún más una noche llena de emoción y aplausos.
Para esta ocasión, la XXXI Exaltación de la Saeta contó con dos protagonistas. Una de ellas fue Mari Ángeles, la saetera, quien con su gran voz elevó la noche a lo más alto y convirtió su cante en una melodía para los oídos. También fue Jesús Flichi, quien con su prosa y su experiencia ante el público, logró emocionar profundamente a los presentes.
La noche empezó con la emotiva interpretación de La Saeta por la Banda Municipal de Huelva. Este fue solo el pequeño avance de una noche que prometía grandes momentos, anticipando todo lo que estaba por venir.
Entre los bancos llenos de la iglesia, Jesús Flichi se puso en pie y dio inicio a la exaltación con un emotivo recuerdo al pasado, recordando como desde niño observaba con admiración cómo se cantaba la saeta en Huelva. "Como se canta la saeta en Huelva, no se canta en ningún sitio", afirmó con muchísimo orgullo.
Rememoró aquellos años en los que, de la mano de su padre, recorría las calles del barrio de San Francisco. A lo largo de su presentación, Flichi también realizó un recorrido único por los distintos barrios de la ciudad, destacando cómo en cada esquina o balcón resuena la saeta con su estilo especial. Jesús se apoyó en la esencia del cante y en la voz de quienes desde cualquier balcón, elevan su oración cantada. "Porque es en todos los barrios de Huelva donde la devoción a la Esperanza se hace presente".
Tras ello llegó el momento más esperado de la noche: el comienzo de la actuación de Mari Ángeles. Con su grandiosa voz, logró embrujar el ambiente despertando más de un "¡olé!" entre los allí presentes. Pero el instante más especial llegó al final, cuando un estruendoso aplauso se alzó como respuesta al hermoso momento que todos habían visto con sus miradas llenas de emoción. Porque Mari Ángeles con su cante, logró acercar a los presentes a ese esperado día en que la Virgen de la Esperanza recorrerá las calles de la ciudad.
Es entonces cuando la Banda Municipal de Huelva volvió a ganar protagonismo, cerrando esta primera parte del acto con la interpretación de la marcha Esperanza de Huelva. Una marcha impecable que envolvió el templo y el público respondió con un caluroso y largo aplauso, reconociendo así la marcha tocada.
Flichi volvió a tomar la palabra para recordar a Manuela Sánchez, una mujer que desde su balcón, le cantaba y rezaba con devoción a la Virgen de la Esperanza. Se acordo de como su voz convirtió aquel rincón de la ciudad en un lugar único y en un punto especial donde el onubense no debe faltar.
Con emoción Flichi compartió a todos su propia vivencia de aquellos momentos, cuando se encontraba bajo el faldón del paso, envuelto en la oscuridad. En ese momento de recuerdo, dijo con sentimiento como Huelva vibraba bajo la luz de la Esperanza y el quejío de aquel balcón, donde la saeta se convertía en oración.
Mari Ángeles volvió a alzar la voz, esta vez con una dulzura inicial que poco a poco, fue ganando fuerza hasta conseguir hacer vibrar de nuevo el templo. Su interpretación arrancó más de un "¡olé!" entre los presentes. Logró cerrar su actuación en medio de una ovación interminable, junto a un público entregado que reconoció la magia que transmite Mari Ángeles.
Flichi retomó la palabra para recordar todo el camino que ha recorrido la Esperanza a lo largo de los años. Hizo un repaso por sus distintas salidas, desde aquellos años desde la Merced, pasando por su etapa en la casa, hasta su recogida en un humilde almacén. Sin embargo le dio un giro a la letra, destacando que todo aquello ya forma parte del pasado. Diciendo que ahora la Esperanza vive un legado de admirar y con fuerza en el presente.
Es ahí cuando Abel Moreno dio la sorpresa al dirigir a la Banda Municipal de Huelva en la interpretación de la marcha La Madrugá, consiguiendo subir el ambiente al mejor de los niveles.
Un momento en el que muchos de los presentes sacaron pañuelos para secar las lágrimas que brotaron en más de uno. El compositor consiguió sacar lo mejor de la banda, regalando uno de los momentos más emocionantes, en el que sin acabar la marcha, Abel se giró y regaló junto a todo el público un fuerte aplauso a Nuestra Señora de la Esperanza Coronada.
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