Los niños con discapacidad se acercan a la Semana Santa

La Fundación Laberinto enseña a través de los sentidos lo más característico como el olor a incienso o el sonido de las bandas. Estas actividades cierran con un balance positivo tanto para los padres como para los menores

Actividades con niños.
Actividades con niños.
Ángeles Barea

12 de abril 2017 - 13:03

La Semana Santa se vive a través de los sentidos. En el olor a incienso y cera, en el sonido de una banda, en el sabor de una torrija o en la visión de los colores que ofrecen las túnicas de los penitentes que forman el cortejo de cada hermandad. Lo que para todo el mundo es algo normal para algunas personas puede resultar complejo. Este el objetivo que se marca la Fundación Laberinto con su proyecto Pa'lante en Semana Santa, con la colaboración del Ayuntamiento de Huelva, poner la Semana Santa a disposición de los niños con discapacidad.

Alicia Narciso, concejal de Políticas Sociales e Igualdad, ha explicado que esta es la primera edición que se realiza en Semana Santa pero que ya se había desarrollado en Navidades "donde abrimos el mismo espacio para niños con necesidades especiales" y que se realizará otra en verano. La Fundación Laberinto ha sido la organizadora y promotora. El Ayuntamiento ha participado a través del espacio, y con algunas acciones como el desayuno de hoy. "Era muy importante valorar estos tres días" cómo se desarrollaba la participación de los menores y los padres. El proyecto se centra en un programa de actividades, ha comentado Narciso, "donde hay cuidadores especiales para estos niños con necesidades educativas específicas" y lo que se realiza "es una programación didáctica para que los niños estén al mismo ritmo que en sus centros educativos". La participación a este programa es libre.

Pilar Pereda, presidenta de la Fundación Laberinto, ha explicado que "esta estas experiencias sirven para acercar a la Semana Santa a los niños con discapacidad a través de lo que ellos tiene más desarrollado que son los sentidos" por ejemplo, ha comentado que el olor a incienso de la sala donde realizan las actividades es "para que ellos se acostumbren al olor" que "para cuando ellos vayan por la calle el olor no les eche para atrás" tampoco aquellos sitios "donde hay mucha gente y mucho ruido, o colores desconocidos" en el centro cuando van a ver procesiones".

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