Rancio y Guasa

San Sebastián bendito, patrón de los palmitos

Diálogos cofrades

Salida de San Sebastián del templo en la procesión de la semana pasada.
Salida de San Sebastián del templo en la procesión de la semana pasada. / Josué Correa

02 de febrero 2025 - 18:02

Huelva/–RANCIO: Hombre, Guasa. Tú por el centro… ¿Y eso?

–GUASA: Pues mira, he bajado a Huelva porque quiero apuntarme a un gimnasio, que el Carnicerito me ha dejado fuera de la igualá del patrón San Sebastián, porque dice que he puesto unos kilitos. ¡Qué malaje! Y de camino, al Rubio, a descambiar unos regalos de Reyes que no han acertado con las tallas.

–Rancio: No, si al final va a tener razón Manuel. Y no me hables de Reyes, que vaya mosqueo que tengo con el adelanto de la tradicional cabalgata… Entre que vienen antes a camello, que después están de cartero, las visitas por la mañana… ¡Qué desajuste! Yo que soy de mi Niño Jesús de la Misericordia. La más genuina y primera procesión del año. ¡Qué maravilla! ¡Cuánta autenticidad!

–Guasa: Pues yo este año ni lo he visto. Me fui corriendo al Tartessos, que me chivaron que el Rey Mora y la banda iban a liar una buena. ¡De hecho me he llevado hasta una camiseta de la Hermandad de La Esperanza! ¡Que es su año!

–Rancio: Yo esas cosas no las comparto, me parecen excesivas y otorgan protagonismos sin sentido. Me parece más adecuado y más elegante el guiño a la Esperanza en el cartel oficial de este Año Jubilar. Un cartel que todo el mundo entiende, y eso que lo ha hecho un murciano.

–Guasa: Por cierto estarás contento con tantas misas y actos piadosos que se esperan este año de Jubileo, ¿no?

–Rancio: Hombre, estuve acompañando a nuestro pastor diocesano en la apertura de la puerta Santa en la Catedral y la verdad es que hay programado todo un año de actividades pastorales que nos preparan espiritualmente, nos llenan de indulgencias y, por ende, nos conducen a la salvación. ¡Qué me hubiera gustado ir a Roma con el Simpecado de Emigrantes!

–Guasa: ¡Ojú, qué tío más místico! Piensa en la Magna que se nos viene, hombre. Ya se están sabiendo los nombres de las bandas que van a acompañar a los pasos y las iglesias de donde salen. ¡El Alburquerque debe estar cardiaco! Y ahora también puede venir Montemayor. Vamos a escuchar a El Carmen de Salteras, Tejera, La Puebla, Las Cigarreras… Todas las grandes, ¡qué espectáculo!

–Rancio: Prefiero pensar en el día a día de las hermandades y en cómo van emprendiendo buenos proyectos, aunque tarden años en completarse, como el palio del Amor, ahora con su nuevo techo de palio, formando un todo armónico gracias a los diseños de Juan Robles, o las futuras bambalinas de la Virgen del Refugio, que tienen a Paquili aplicándose como nunca. La medalla de la ciudad al Cristo de la Redención…

–Guasa: Ufff. Ahí has dado en hueso. Dar una medalla como esa por cumplir 25 años, por quedar bien, no querer decir que no, desprestigia a las otorgadas anteriormente. Un gran error, creo yo.

–Rancio: Del mismo modo creo que ha sido acertado el nombramiento de alcalde perpetuo a nuestro patrón San Sebastián. Era de lógica justicia. ¿Irías a verlo no, Guasa?

–Guasa: Pues con tantos cambios de itinerarios, casi me lo pierdo y eso que me fui tempranito porque el día no estaba para mucha fiesta. Además, la banda del Nazareno, muy cortita, con marchas muy clásicas, y el niño pidiéndome un palmito. ¡Con lo caros que están! Así que me fui corriendo al parque a comerme las habas con choco.

–Rancio: Qué poco aguante tienes, Guasa. Estamos en una época invernal con un tiempo impreciso que no nos debe asustar. Al contrario, ayuda a recordar con melancolía el pasado familiar de mis abuelos, que vivían en la calle Montrocal. Mis padres nos ponían la mejor ropa que teníamos para ir a visitarlos. Los vecinos decoraban su fachada con esmero, mientras los niños jugábamos por los altillos y mi abuela se pasaba toda la tarde cocinando para abrir la casa a la gran fiesta que se preparaba a familiares y amigos, culminando con la bendición anual de la llegada de San Sebastián.

–Guasa: Ya empezamos con las homilías… Bueno, te compro ese pellizco huelvano que me has dado, Rancio. La cuestión es que ya empieza lo bueno, así que voy a comprarme las Jhayber para ponerme a tono en el gimnasio, que estamos aquí y estamos ya con los ensayos. Estoy por meterme este año con el gran Cabito en el Descendimiento, que seguro que te gusta cómo navega cada Viernes Santo…

–Rancio: Tú a las igualás, y yo al primer quinario, el de la Oración en el Huerto, que tengo muchas ganas de escuchar al nuevo sacerdote que se acaba de ordenar y que predica en este culto, Ignacio Vírseda. No es de por aquí pero tengo entendido que es muy rociero, así que el amor por la Madre de Dios como se entiende por estos lares seguro que lo tiene aprendido ya…

–Guasa: Ya te vienes arriba y eres peor que el Vieira… ¡Nos vemos pronto!

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