Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
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Las subidas de precios de los alimentos han empeorado la dieta de los españoles. Así, 8 de cada 10 familias están viéndose obligadas a comprar productos de menos calidad y más de la mitad han reducido el consumo de pescado. Son dos de los datos que arroja una encuesta realizada por Facua-Consumidores en Acción a cerca de 5.000 personas durante este mes de diciembre.
El encarecimiento de los alimentos ha provocado que el 25,2% de las familias haya reducido la compra de verduras y hortalizas frescas, el 29,0% el de fruta fresca, el 23,3% el de lácteos. El 50,9% ha recortado en el consumo de pescado. En cuanto a las carnes, el 28,5% ha disminuido el consumo el de pollo, el 37,4% el de cerdo y el 55,5% el de ternera. En la encuesta, efectuada por Facua entre los días 13 y 22 de diciembre, han participado 4.963 familias de toda España.
El 43,3% ha sustituido una parte o la totalidad del pescado fresco que consume por congelado, mientras que el 18,1% lo ha hecho con la carne. El 33,0% ha sustituido consumos de productos frescos por conservas. El 19,8% ha aumentado la compra de ultraprocesados.
En el caso de los ultraprocesados, el porcentaje de familias que los consume entre uno y tres días en semana ha pasado del 12,8 al 17,9%. Los que lo hacen de cuatro a siete días han subido del 1,5 al 4,7%.
Facua también ha preguntado a los encuestados si han sustituido algún alimento que compraban habitualmente por otro similar pero de inferior calidad con el objetivo de abaratar el precio. Sólo el 22,4% indica que no ha tenido que hacerlo. El mayor número de menciones afirmativas lo ha tenido el pescado, donde el 15,6% de familias reconoce que ha tenido que renunciar a los que comían habitualmente frente a otras especies más baratas. En segundo lugar, las carnes, con el 12,7%.
El 5,9% de las familias ha cambiado el aceite de oliva por girasol u otros aceites vegetales en algunas comidas y el 2,4% lo ha hecho en todas o casi todas las comidas. El 18,0% ha sustituido el aceite de oliva virgen extra por otros aceites de oliva de menor calidad.
En cuanto a la frecuencia en el consumo, el 60,5% de las familias indica que el año pasado comía pescado de uno a tres días en semana, porcentaje que este año disminuye al 41,2%. El porcentaje de los que lo comían cuatro o más días en semana baja también, del 8,6 al 3,6%. Las familias que no consumen pescado ni siquiera una vez al mes han aumentado del 4,7 al 10,1%.
También se ha producido una bajada significativa en la frecuencia del consumo de carne de ternera. Del 28,7% que la consumía de uno a tres días en semana el año pasado al 14,7% que lo hace en la actualidad.
En el caso del cerdo, el año pasado la consumían entre uno y tres días en semana el 40,8% de las familias y actualmente lo hace el 28,7%.
En lo que se refiere a la carne de pollo, la bajada también es significativa. Del 61,6% que la consumían entre uno y tres días en semana en 2021 al 51,3% que lo hace en la actualidad.
En el caso del consumo de verduras y hortalizas frescas, las familias que lo hacen de cuatro a siete días en semana han pasado del 58,3% el año pasado al 42,9% en la actualidad.
En cuanto a la fruta fresca, el año pasado se consumía de cuatro a siete días en semana en el 78,0% de familias y actualmente ha bajado al 59,2%.
También ha habido una disminución en el número de días que se consumen lácteos (leche, yogures, quesos...). Así, el año pasado lo hacía entre cuatro y siete días en semana el 75,6% de familias y este lo hace el 62,1%.
Por contra, la frecuencia en el consumo de legumbres es muy similar. El 65,2% lo hace de uno a tres días en semana, frente al 67,5% del año pasado. El 10,6% las consumen cuatro o más días, mientras que en 2021 el porcentaje era del 8,8%.
También se mantienen similares niveles en la frecuencia de ingesta de arroz y otros cereales. El 60,2% los consume de uno a tres días en semana, frente al 62,7% del año pasado. Y el 13,0% lo hace de cuatro a siete días, frente al 12,5% de hace un año.
Las subidas de los alimentos ha llevado al 92,1% de las familias a recortar el gasto en otros productos y servicios. El 22,4% señala que ha reducido el gasto en bares y restaurantes, el 20,1% en viajes, el 16,4% en ropa y calzado, el 14,0 en productos culturales, el 9,7% en suministros de luz, gas y agua, el 5,2% en transportes y el 4,3% en servicios de telecomunicaciones.
El 49,2% de los consumidores indica que ha cambiado de establecimiento habitual buscando precios más económicos. En cuanto a la percepción sobre qué tipos de establecimientos han subido más los precios, los más mencionado son los supermercados, por el 35,7%, seguidos de las grandes superficies, por el 29,3%. Por detrás quedan el pequeño comercio, que menciona el 20,7%, y los mercados de abastos, el 14,4%.
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