El consumo de agua durante la pandemia

Día Mundial del Agua

Un estudio analiza los cambios sufridos en la tendencia del sector

El consumo medio, tanto semanal como diario, descendió durante el confinamiento.
Pilar Pereira

22 de marzo 2021 - 02:00

La pandemia del coronavirus ha supuesto una gran revolución en todos los ámbitos de nuestra vida: confinamiento, efectos sobre la salud, crisis económica... Tanto es así que han influido incluso en la forma que tenemos de consumir agua en nuestra vida diaria. Un reciente estudio de la empresa Acciona analiza estos cambios de tendencia y explica las razones, derivadas en su mayoría del coronavirus, que conducen a este nuevo ciclo.

Consecuencias del confinamiento

El decreto del Estado de alarma el pasado mes de marzo de 2020 llegó acompañado de un confinamiento estricto a nivel nacional, el cual terminó extendiéndose por el mundo entero. Este confinamiento ocasionó dificultades en la cadena de suministros, ya no solo respecto a materiales sanitarios como EPIs o mascarillas, sino también en alimentos u otro tipo de productos. La economía ha ido sufriendo un desgaste paliativo, incrementado por el aumento del cierre de negocios y que conduce irremediablemente a una gran crisis económica y social.

Pues bien, dentro del sector del agua esto se traduce en que, si bien al ser un servicio esencial no es de los sectores más afectados, sí que ha sufrido también las inclemencias sanitarias en sus trabajadores, así como dificultades a la hora de poder contar con la cadena de suministros. Otro de los engranajes como es el sector de cobros o de restauración o corte de servicio también se han visto afectados por la crisis sanitaria.

Aparte de lo ya citado, para Acciona el principal problema del sector del agua es el cambio de las tendencias en el consumo. El confinamiento produjo cambios en el horario del agua, retrasando el inicio del consumo hasta una hora y media en las primeras horas de la mañana, además de reducirse la amplitud de su máximo de consumo. El teletrabajo y el cierre de colegios han resultado fundamentales para que a la vez que se retrasara la hora de despertarse también lo hiciera la hora de consumo, traduciéndose en un aplanamiento de la curva en el consumo matutino.

Variaciones en el consumo

En comparación con datos de años anteriores, la población durante el confinamiento varió tanto su consumo diario como semanal. En la mayor parte del territorio nacional el consumo medio descendió, siendo mínimas las localizaciones donde el este sí que experimentó un aumento.

En zonas residenciales, con poca industria y comercios, a nivel general esta variación fue menos palpable respecto a otras zonas donde sí que tenga un motor industrial potente. Las áreas más dependientes del sector turístico también vieron rebajado su consumo debido al cierre de comercios y hostelería.

Como resultado directo de este descenso de agua distribuida a los consumidores, se produjo una variación en el agua abastecida en cabecera de las redes. A todo esto, habría que sumarle también la disminución las medidas en torno al personal, restringidos por la pandemia y que tuvieron que ocuparse principalmente de emergencias y mantenimiento correctivo. De esta manera, renovaciones y ampliaciones de redes se vieron paralizadas en seco por la llegada del confinamiento. Tampoco se ha podido continuar con las gestiones en torno al ANR, Agua No Registrada, por lo que próximamente podría producirse un aumento en este ámbito.

Más allá de cómo la pandemia afecta al consumo de agua por parte de la población, lo que sí reviste especial importancia es los factores que conducen a estos cambios, debido a que dependerá siempre de la zona, industrial o no, turística o con otro tipo de servicios... y de las infraestructuras de las que ya dispusieran antes de la pandemia.

Según datos del INE, el consumo de agua potable en España es mayoritariamente para uso doméstico: hasta un 72 % del total consumido. El 10 % correspondería a uso industrial, el 8 % al uso municipal y el 5 % y el 4 % restantes a usos recreativos y agricultura, respectivamente.

Con el cierre de numerosas empresas industriales el consumo de agua disminuyó significativamente, pero su recuperación se prevé mucho más lenta que su caída, con una tendencia en forma de 'V'. Esta misma tendencia será la que seguirán la hostelería, restauración y comercios, pero de forma más simétrica que la industria, dado que fueron sectores que han ido abriendo paulatinamente con el levantamiento de ciertas restricciones.

En cuanto al consumo municipal, la tendencia marca una 'U' con poca asimetría, debido sobre todo a la apertura desde septiembre del pasado año de todos los colegios. Por otra parte, el consumo doméstico, debería aumentar en los próximos meses, pero no seguirá está tendencia si se sigue sin abrir las provincias, dado que esto evitaría el aumento en ciudades con numerosas segundas residencias. La reactivación del turismo se antoja como clave para recuperar tanto la estabilidad en el consumo como para el sector económico. Los resultados son optimistas y la tendencia parece indicar a un repunte del consumo, pero habrá que esperar tanto a la Covid-19 como a la climatología.

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