Huelva, sed de soluciones: la crisis del agua por falta de infraestructuras

Huelva riega

La organización pone el foco en que el problema radica en la incapacidad de gestionar este recurso de manera eficiente

Una de sus demandas es la construcción de nuevas infraestructuras y las mejoras de las existentes resulta vital

Huelva Riega
Huelva Riega

22 de marzo 2025 - 06:00

Huelva es una tierra de contrastes hídricos. A pesar de contar con una pluviometría abundante y recursos naturales que deberían garantizar el abastecimiento para todos los usos, la falta de infraestructuras condena a la provincia a una escasez crónica que afecta al consumo humano, la agricultura, la industria y el turismo. La realidad es contundente: desde el inicio del año hidrológico en octubre de 2024 hasta la fecha, en la Cuenca del Odiel se han acumulado 609 litros por metro cuadrado. Sin embargo, esta agua no se traduce en seguridad hídrica porque el sistema de regulación y almacenamiento es claramente insuficiente.

Como defiende Huelva Riega, el problema no radica en la falta de agua, sino en la incapacidad de gestionar este recurso de manera eficiente. En la actualidad, solo se ha ejecutado un 25% de las infraestructuras contempladas en el Plan Hidrológico Nacional, lo que supone un incumplimiento flagrante de los compromisos adquiridos para garantizar el equilibrio hídrico en Huelva. Sin las obras necesarias, la provincia sigue dependiendo de un sistema frágil e ineficaz, incapaz de asegurar el abastecimiento en períodos de sequía o de gestionar el exceso de agua en épocas de lluvia intensa. A ello se suma la falta de coordinación entre administraciones, lo que retrasa aún más la ejecución de proyectos clave para garantizar el abastecimiento de todos los sectores económicos y sociales.

La situación es aún más preocupante si se analiza su impacto en la agricultura, uno de los sectores productivos más importantes de Huelva. Con una superficie regable que apenas representa el 7,4% de toda la superficie agrícola de la provincia, Huelva se encuentra muy por debajo de la media andaluza (14,3%) y de la española (12,2%). A pesar de ello, el sector agrario onubense es uno de los más productivos y eficientes en el uso del agua. Cada metro cúbico de agua genera en Huelva 4,19 euros de valor, muy por encima de los 1,1 euros que produce en Sevilla. Este dato demuestra la competitividad y sostenibilidad del sector, que ha logrado mantener su producción incluso en condiciones de restricciones hídricas del 25% en la actualidad y del 50% en el último año.

Pero la falta de agua no solo afecta al crecimiento agrícola, sino también a la seguridad de la población. Los temporales recientes han demostrado la vulnerabilidad de Huelva ante fenómenos meteorológicos extremos, que pueden derivar en inundaciones con consecuencias devastadoras. El río Odiel es una de las áreas de mayor riesgo de inundación de la provincia, donde el 84% de la población afectada se encuentra expuesta a este peligro. La solución pasa por la construcción de infraestructuras como la presa de Alcolea, cuya paralización agrava la situación. No solo serviría para regular el agua en épocas de sequía, sino también para laminar avenidas y prevenir inundaciones en municipios como Gibraleón y la propia capital onubense. La inacción en este sentido pone en peligro la seguridad de los ciudadanos y sus bienes, exponiendo a la provincia a daños materiales y humanos evitables.

La situación hídrica en el Andévalo
La situación hídrica en el Andévalo

Además, el problema de la falta de infraestructuras se extiende al abastecimiento general de la provincia. Obras clave como el bombeo de Bocachanza II, el túnel de San Silvestre, el canal de Trigueros y las presas de Coronada, Corunjoso y Pedro Arco siguen sin ejecutarse, a pesar de su carácter imprescindible para garantizar un suministro hídrico estable y sostenible. Bocachanza II es una infraestructura clave para optimizar el aprovechamiento del agua trasvasada desde el Guadiana, aumentando su capacidad de bombeo y permitiendo un uso más eficiente de este recurso. Actualmente, Huelva solo recibe el 50% del volumen que tenía en época de sequía, lo que agrava aún más la situación de escasez de agua.

El túnel de San Silvestre, por su parte, es vital para garantizar el flujo de agua entre embalses estratégicos, evitando pérdidas y asegurando el suministro en épocas críticas. Sin su modernización y ampliación, el riesgo de colapso del sistema aumenta, afectando a múltiples sectores económicos que dependen del agua. El canal de Trigueros facilitaría el transporte del agua a zonas agrícolas y de abastecimiento urbano, mientras que las presas de Coronada, Corunjoso y Pedro Arco permitirían mejorar la regulación y almacenamiento del agua, reforzando la capacidad de respuesta ante períodos de sequía prolongada. No podemos olvidar que cada una de estas infraestructuras tiene un impacto directo en la sostenibilidad del modelo productivo de la provincia, evitando que la sobreexplotación de los recursos actuales genere consecuencias irreversibles para el equilibrio ambiental de Huelva.

También sigue pendiente la ejecución de las obras de transporte necesarias para completar el trasvase al Condado, una infraestructura vital para reducir la presión sobre los acuíferos de Doñana y garantizar la preservación de este espacio natural único. Este trasvase permitiría cerrar pozos en zonas vulnerables y proporcionar agua superficial a los agricultores, asegurando un modelo de explotación sostenible y compatible con la conservación del parque nacional. La falta de acción en este ámbito pone en jaque el equilibrio ambiental de la zona y supone un riesgo para el ecosistema de Doñana, que podría beneficiarse de una gestión hídrica más eficiente y responsable. La no ejecución de estas obras no solo compromete el abastecimiento de agua, sino que también amenaza la biodiversidad del Parque Nacional y el modo de vida de quienes dependen de estos recursos.

Desde Huelva Riega, insisten en la necesidad de que las administraciones públicas actúen con responsabilidad y urgencia. Es inaceptable que una provincia con una pluviometría generosa y un sector agrícola de referencia siga enfrentándose a limitaciones que podrían resolverse con voluntad política y planificación efectiva. El agua está, pero sin infraestructuras, Huelva seguirá padeciendo una crisis evitable. La solución no pasa por seguir pidiendo sacrificios a los sectores productivos y a la población, sino por cumplir con los compromisos adquiridos y garantizar las inversiones necesarias para un futuro hídrico estable y sostenible. Es hora de que las administraciones asuman su responsabilidad y ejecuten con celeridad las infraestructuras que Huelva necesita para garantizar su crecimiento y su seguridad. No se puede seguir permitiendo que la falta de inversión y la burocracia frenen el desarrollo de una provincia que ha demostrado con creces su capacidad de generar riqueza, empleo y sostenibilidad a través de un uso responsable y eficiente del agua.

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