Villarrasa, un rincón de historia a los pies del Río Tinto
Contenido ofrecido por el Ayuntamiento de Villarrasa
El municipio acapara una conjunción única que une todo tipo de construcciones con una naturaleza única a los pies del Andévalo
Villarrasa/En la fértil planicie de la Campiña onubense surge Villarrasa. Una población que tiene sus orígenes en los primeros moradores romanos que llegaron hasta esta tierra puesto que los vestigios encontrados en “el Cortijo”, o la necrópolis hallada en el camino hacia Rociana así parecen dárnoslo a entender. Fue después fortaleza árabe y posteriormente, con las repoblaciones cristianas, se menciona ya una “Villarrasa de la Torrecilla”, ciudad que alcanza su época de mayor apogeo en los siglos posteriores, de los que quedan hermosos monumentos en la ciudad.
Destacan, de esos vestigios que el paso del tiempo se ha empeñado en no abandonar, la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, del siglo XVI que aprovecha la cimentación de edificaciones anteriores, siendo la parte más antigua la nave central, y la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, en la que se rinde culto a la patrona de la localidad, la reconstruida Iglesia de San Vicente Mártir o las Ermitas de las Cruces.
Pero más allá de los edificios religiosos, Villarrasa acoge un amplio patrimonio arquitectónico de edificios civiles e industriales que da muestra de la vida que discurrió en el pueblo como el ayuntamiento o el antiguo Puente Gadea, uno de los referentes paisajísticos más reconocibles del municipio, molinos como el de la Vadera, de Juan Muñoz o de la Torre a orillas del río Tinto, y que aún se pueden apreciar, y sirvieron para moler el trigo sembrado en los alrededores.
Un patrimonio natural único
Villarasa cuenta con un patrimonio natural único. Uno de esos espacios naturales es la Dehesa Nueva. Este hermoso paraje fue otorgado por el rey Fernando VII al pueblo de Villarrasa en reconocimiento por su participación en la Guerra de la Independencia por las importantes intervenciones del escuadrón de caballería villarrasera en la lucha por la liberación de España de la invasión napoleónica, y, en particular, por la intervención en la batalla de Bailén, en 1808 que supuso la retirada definitiva de las tropas francesas.
El paisaje característico de la Dehesa Nueva es la campiña acompañada de olivos y matorral mediterráneo, surcada por una rica red de arroyos que alimentan al río Tinto. Desde estas tierras se divisan los primeros cerros del Andévalo, cercanos a la localidad de Valverde del Camino.
Otro de esos paisajes únicos es el Huerto del Hambre donde se conjugan diferentes visiones. Por un lado, existen fincas en las que es habitual el cultivo de frutales como el naranjo o el olivo, pero por otro encontramos un terreno más abrupto que representa una vegetación más habitual de las zonas de sierra baja: jara, palmitos, pinos, acebuches y eucaliptos. Los arroyos que cruzan el "Huerto" permiten el crecimiento de una gran variedad de plantas aromáticas.
En cuanto a la fauna, es fácil avistar abubillas, abejarucos o cigüeñas, aves que gustan de vivir en espacios abiertos y de matorral a los pies del Andévalo.
Este espacio natural ofrece la oportunir de realizar un sendero único. La ruta comienza en el municipio de Villarrasa, terminando en la “Dehesa Boyal”, más conocida por los habitantes como “Huerto del Hambre”, alegrando el recorrido hermosos paisajes de Campiña predominando cultivos de girasol y cereal, y el Andévalo compuestos de olivos, eucaliptos o jaras.
Una localidad que suma en sus calles historia, tradición, naturaleza y gastronomía que no dejan indiferentes a nadie
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