¿Por qué hay cada vez más ratas en las ciudades?
Un nuevo estudio constata que las poblaciones de ratas en las ciudades están experimentando en los últimos años un crecimiento significativo
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Un nuevo estudio constata que las poblaciones de ratas en las ciudades están experimentando un crecimiento significativo, fenómeno que se atribuye principalmente al aumento de las temperaturas medias a nivel global.
La investigación, que analiza datos de 16 urbes a lo largo de un periodo de 12 años, ofrece una visión detallada de cómo el cambio climático está influyendo en la expansión de estos roedores en áreas urbanas, con implicaciones para la salud pública y la gestión ambiental.
Los investigadores que lideraron el trabajo, de la Universidad de Richmond (Estados Unidos), destacan que diversos factores asociados al cambio climático están contribuyendo a este fenómeno.
Entre ellos, se incluyen inviernos más cálidos, condiciones de vida más densas en las ciudades, una menor cantidad de vegetación y recursos limitados para el control de roedores.
Esta tendencia es particularmente notoria en ciudades como Washington DC, San Francisco y Toronto, que han registrado un crecimiento acelerado en las poblaciones de ratas urbanas.
Cómo el cambio climático afecta a las ratas
El análisis, publicado en la revista Science Advances, se centra en la necesidad de entender cómo el cambio climático afecta la ecología de las ratas urbanas y cómo esto podría generar nuevas vulnerabilidades y desafíos para las ciudades en el futuro.
Según los expertos, identificar las tendencias a largo plazo en la cantidad de ratas y los factores que las impulsan es esencial para diseñar estrategias de mitigación eficaces.
El estudio en cuestión abarca una media de 12,2 años de avistamientos de ratas, informes de trampeo y registros de inspección de 16 ciudades internacionales, lo que permitió a los investigadores establecer comparaciones entre los patrones de densidad poblacional de ratas y las variaciones en las temperaturas mínimas anuales y las temperaturas ambientales medias.
También se evaluaron las variaciones en la población de ratas en función de la cantidad de vegetación disponible y la accesibilidad a los recursos dedicados al control de plagas.
Las variables más destacadas
El análisis mostró una correlación significativa entre el aumento de las temperaturas, especialmente durante el invierno, y el crecimiento acelerado de las poblaciones de ratas.
Además, se identificó que las áreas con mayor densidad de población, junto con la disminución de la vegetación y los recursos financieros destinados a controlar a los roedores, experimentaron una expansión más rápida de las ratas.
En particular, la variable más fuertemente asociada con el aumento de ratas fue el cambio en la temperatura ambiental media a lo largo del tiempo.
De las 16 ciudades estudiadas, once (69%) presentaron tendencias significativas de aumento en la cantidad de ratas. Entre las ciudades con mayor crecimiento en sus poblaciones de ratas se encuentran Washington DC, San Francisco, Toronto, Nueva York y Ámsterdam.
No obstante, las diferencias entre estas ciudades fueron notorias; por ejemplo, la tendencia al aumento en Washington DC fue tres veces más pronunciada que en Boston y 1,5 veces más que en Nueva York.
Por el contrario, tres ciudades, Tokio, Louisville y Nueva Orleans, experimentaron descensos en las poblaciones de ratas, siendo Nueva Orleans la que mostró la disminución más significativa. Dallas y Saint Louis no presentaron tendencias claras a lo largo del tiempo.
Las ciudades deben estar preparadas
El estudio subraya que el aumento de las temperaturas y la creciente densidad poblacional en las áreas urbanas parecen haber alargado los períodos de actividad estacional de las ratas, lo que a su vez incrementa la disponibilidad de recursos alimenticios para estos roedores.
Este fenómeno resalta la necesidad de que las ciudades estén preparadas para enfrentar el agravamiento de las infestaciones de ratas debido al calentamiento global.
Los autores del artículo advierten que será necesario redoblar los esfuerzos y los recursos económicos y humanos destinados a los programas de control de roedores en las ciudades.
La relación entre el cambio climático y las plagas urbanas es un tema que debe ser tomado en cuenta con urgencia por las autoridades locales. De acuerdo con los investigadores, las ciudades deben estar equipadas para abordar no solo los impactos directos del calentamiento global, sino también las consecuencias indirectas, como el aumento de las poblaciones de ratas, que puede generar riesgos para la salud pública y el bienestar de los habitantes urbanos.
"Las ciudades deben estar preparadas ante la posibilidad de que el calentamiento agrave los niveles actuales de infestación por plagas de roedores", señalan los autores.
Qué hicieron las ciudades donde se redujo el número de ratas
Tokio, Louisville (Kentucky) y Nueva Orleans fueron algunas de las pocas ciudades que registraron descensos. Según los autores, cada una de ellas ofrece lecciones para prevenir y controlar con éxito los enjambres de ratas.
Nueva Orleans, por ejemplo, cuenta con una vigorosa campaña de educación pública sobre cómo mantener a las ratas fuera de las casas, los negocios y la basura, y anima a los residentes a avisar de los avistamientos de ratas para que los funcionarios puedan deshacerse de ellas antes de que su número se dispare.
En Tokio, las publicaciones en las redes sociales sobre infestaciones de ratas avergüenzan a restaurantes y otros negocios para que tomen medidas.
La recogida frecuente de basuras y las normas de construcción que mantienen a las ratas alejadas de los edificios también ayudan, afirma Richardson.
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