Georgia gana Eurovision Junior en Madrid con una canción dedicada a las madres
Crónica
El ganador es Andria Ptukaradze. El festival desde Madrid ha sido un entretenido espectáculo, con demasiadas voces desafinadas entre los participantes
Eurovisión Junior, España entre las favoritas con Chloe DelaRosa
Si ya en 2003 España quedó segunda en el primer Eurovisión Junior con el sanluqueño Sergio Jesús dedicándole una canción a su madre, este sábado Georgia se ha llevado una alegría con la victoria en el festival con el pequeño Andria Putkaradze y To My Mom. Una balada bien sentimental dedicada a las madres, con una buena voz a cargo de uno de los representantes que no desafinó. Es la cuarta ocasión en que Georgia gana este ertamen de la cantera, tras 2008, 2011 y 2016.
España acudía con el animado Como la Lola con Chloe DelaRosa, el tema que mnás ha movido La Caja Mágica en la tarde de este sábado. RTVE y la UER han preparado un entretenido espectáculo familia con el Eurovisión de los niños y el florido lema Let's Bloom que marcó la imagen y las presentaciones animadas en IA de los cantantes y con un espectacular recinto presidido en el escenario por una pantalla vertical gigante, el formato de los vídeos de esta generación. Un festival sin polémicas políticas ni debates secundarios, como está sucediendo con el de los mayores, cada vez más enrarecido. Un programa para todos.
Georgia fue el tema favorito del jurado, con 180 puntos y el televoto no fue generoso, sólo 59, aunque suficiente para la victoria (239) y quedar por encima de Portugal (213), segundo puesto bien merecido con Victoria Nicole al piano de su Esperança, la mejor interpretación pese al apoyo del jurado al simpático y sentimental georgiano. Fue la más votada por el público desde casa. El tercer lugar fue para Ucrania, con un encantador niño, Artem, con 203 puntos en total. Cuarto fue el Harry Styles de Francia, Titouan y su rítmico Come ci Comme ça, con 177 puntos y Malta ha sido quinta, con 153, aunque su representante Ramires Sciberras, hubiera merecido más. Su tema versaba sobre la adopción, la que le ha permitido tener una oportunidad y así lo agradecía a su familia. España fue sexta en el segmento del jurado, con 80 votos (ningún 12), y ha terminado en ese mismo lugar con el televoto, con 144 puntos en total. Le ha faltado algo de voz y un repunte de flamenqueo.
Así han quedado los puntos totales en Eurovisión Junior:
El tema ganador de Eurovisión Junior, sobrecogedor, con el cantante acompañado de un bailarín de su edad, y con la silueta de una casa de escenario entre humo de ambientaciòn, suena así:
Como la Lola animó al público y falló en el momento del selfie que estaba previsto en la coreografía de modos flamencos para un tema pop de homenaje a Lola Flores y a Taylor Swift, Shakira, Karol G. Así fue la actuación de Chloe...
Y pese al fallo con el número español, el festival celebrado en Madrid ha funcionado en todos los aspectos, con solidaridad y recuerdo hacia Valencia. Una de sus presentadoras, Melani García, representante española en 2019, mandó un mensaje a su tierra, con un trío de conductores impecable. En este apartado ha sido una victoria moral. La cantante Ruth Lorenzo y el actor Marc Clotet, afables, cercanos a la audiencia internacional, fueron buenos anfitriones en la nueva forma de presentar los votos, sumando puntos según las cantidades y dejando para el final los doces del jurado profesional, sumando al final el del televoto.
Si la representante española es de Guareña, Badajoz, con raíces de San Fernando, fue un isleño, Abraham Mateo, el que se apuntó un gran tanto internacional rescatando en el intervalo de cara a los votos el Maniac de Flashdance, con una gran voz y coreografía, tras la perfomance de perseguir los sueños, alcanzando la luz, a cargo de Anastasia Russo. El futuro presidente de RTVE, José Pablo López, se hacía eco de la excepcional interpretación y lo propone en un futuro para Eurovisión. Y aquí, por una vez, tiene razón.
Antes, la onubense María Isabel, la ganador de 2004, abría el festival con la primera y segunda del pasado año, la francesa Zoé Clauzure y la española Sandra Valero. Por momentos la de Ayamonte parecía la madre de sus compañeras. Echamos de menos siquiera un respingo de Antes muerta que sencilla. Pese a todo, ha sido otro gran momento de esta noche eurovisiva madrileña, que habra que repetir cuanto antes.
Un año más en Eurovisión Junior se observa la diferencia de edad entre participantes. El de Armenia, Leo, que apenas levantaba un palmo y que parecía Antonio Morales en Sopa de amor, distaba un metro de la chica de Irlada, Enya Cox. Actuaban escolares, como el propio ganador, el maltés o el simpático participante polaco, como cantantes bachilleres como el francés.
En la gala han predominado las baladas, las canciones intensitas hasta alcanzar lo pedante, lo que es fácil en estos casos, y entre los contados números con ritmo estaba el español al que a lo mejor le faltaba un descaro folclórico en algún momento que le hubiera venido bien para arrastrar esos votos que hubiera aupado a Chloe al podio.
Y ha habido participantes que desafinaban, demasiados en esta ocasión. Es lo que le ha pasado a la chica de Chipre, a la de Albania, al cuarteto de San Marino, que fueron últimas en la clasificación. Las del pequeño país, el más antiguo del mundo además, se lo habrán pasado en grande pero se presentaron desorientadas. Con las voces cada una por un lado,. Qué descoordinación en el baile, vive Dios. Fueron el cachondeo en las redes, "son un poco las Flos Mariae", "han ido al único colegio de primaria que hay en San Marino a coger a 4 niñas random, me meo", "he visto actuaciones de fin de curso mejor que San Marino". Si no fuera por estas cosas, escribir de Eurovision sería un poco triste. Se lo dice alguien que escudriña estas cosas desde 1973.
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