¿Qué quiere ser España cuando sea mayor el día de mañana?

Sí, hoy sábado ha llegado el día para preguntar qué es lo que quiere España ser de mayor. Al menos en Eurovisión. Hay un plantel de finalistas igualado en el Benidorm Fest aunque haya dos favoritos elevados por las previsiones y la emoción de los eurofans. Pero sin un representante indiscutible, en esta cuarta edición de Benidorm la cita pre-eurovisiva se disputa sobre si jugamos a lo seguro, si de verdad se apuesta por la sorpresa, por los nacidos en el siglo XXI o por una mirada vintage (que lo de viejuno suena feo). Lo de Zorra era divertido, pero no era una buena idea, pongamos así un ejemplo cercano.

A las 22.00 en La 1 es la hora de pensar en Europa, esta frágil Europa que tenemos, también en lo musical, para que vuelva a interesarse por nuestro nombre festivalero. En los últimos años sólo nos ha ocurrido con Chanel lo de sentir esa conexión con los espectadores de por ahí. "Twelve points", rara avis. Para un país grande en este programa, con tradición musical, nuestro bagaje reciente es raquítico. El propio Benidorm Fest se juega su futuro según la fortuna que tenga el representante de hoy cuando llegue mayo.

¿Queremos agradar con pop de inspiraciones americanas, de norte y sur? El pop dance y sus coreografías son mayoría en esta noche. Chanel vuela alto y su sombra está ahí. Con la casi adolescente Daniela Blasco, con Uh, nana, abriendo. Justa de voz con un ritmo en crescendo vertiginoso. Es un show de gala de MTV. Más curtida parece la canaria Mel Ömana, quinta, que sorprendía este jueves con I am a queen. Toda una diva. Pero para diva, Melody. Esa diva. La aclamada por los eurofans, la que más gritos congregó el jueves y que tuvo que sortear problemas de sonido en la semifinal. El sorteo ha tenido el capricho de que sea de nuevo la que cierre. La sevillana cuenta con esa ventaja. Y tras Daniela estará otro número similar, pegadizo, tan chicloso como el de Daniela, Loca x ti.

Y el pop disco que evoca en voz y ritmo al reguetón el gaditano J Kbello. El otro favorito, sexto. V.I.P. Invita a la fiesta con una coreografía urbana. El chico es atractivo y todos lo saben, desde que lo vieron en Cover Night. El Benidorm Fest en esta nueva etapa nunca lo ha ganado un hombre.

¿Queremos arriesgar con una revisión clásica? Dentro de la calidad de esta noche, la voz más experimentada es la de Mawot, con Raggio di sole. Si cierran los ojos verán a Tino Casal o a un rejuvenecido Umberto Tozzi. La puesta en escena flojea, pero es un temazo que revisita el italianismo de los 70.

¿Arriesgamos con una balada? Esta noche, madre, sólo hay una: la de Lucas Bun y e intimistaTe escribo en el cielo. Conmueve, emociona. Está emparedado entre los dos favoritos, lo que le va permitir verlo con más atención.

¿Damos una oportunidad a nuestras señas de identidad? Blanca Paloma, que iba a vengar a Remedios Amaya, falló. O no se entiende el flamenco, el aire aflamencado, o a lo peor, sencillamente, no gusta en Eurovisión. Lachispa, cuarta esta noche, debe mejorar en la intepretación para convencer de que algo tan racial puede tener su sitio en Europa. De menos a más, la de Chiclana, Hartita de llorar, tiene voz y temperamento de sobra. Los espejos de su puesta en escena desconciertan más que integran.

Sin un candidato claro, la audiencia española tiene hoy en su mano la libertad de decidir (hay aplicación gratis con RTVE Play, o pagando en mensaje, que pesa el 25%) qué camino tomamos: si el señalado por los eurofans, el riesgo de reclamar el clacisismo o dar sitio a lo que les gusta las nuevas generaciones. Ojalá la intuición juegue a favor de un jurado mayor que parece tender a lo seguro.