Muñecas rotas

Toros Colombinas / Segundo festejo de feria

Javier Zulueta se lleva la tarde y la Puerta Grande en la novilla picada.

Debutaron con caballos Enrique Toro y Carlos Tirado

Javier Zulueta en la vuelta al ruedo tras su faena de dos orejas al cuarto. / Josué Correa
Paco Guerrero

01 de agosto 2024 - 06:00

FICHA TÉCNICA

Plaza de toros de Huelva 

GANADERÍA: Novillos de José Luis Pereda de buena presentación y juevo variado. Destacó por completo y bravo el cuarto de la tarde. ACTUANTES: Javier Zulueta: oreja tras viso. Dos orejas. Enrique Toro: palmas tras aviso; aplausos tras aviso. Carlos Tirado: ovacion tgras aviso; palmas tras dos avisos. INCIDENCIAS: Media plaza en tarde de agradable temperatura. Zulueta, a hombros.

LA CRÓNICA

Ya no juegan los toreros al frontón en invierno. Que si los toros tienen que ser duros de patas, duros de manos deben responderle los toreros para que los engaños perduren en su poder marcando los ritmos y límites de una faena. Muñecas de cristal parecieron tener ayer los actuantes que despacharon paseíllo en esta primera del abono y segunda de feria. Desarmes que desarman no solo una muleta sino una faena. Desarboladura de unas embestidas que son se comían a nadie porque llevaba implícita la nobleza pero que se descompasaban sabiendo que le arrancaban al torero aquello que les embelesaba para embestir. 

Encierro bonito y a modo para un debut del ganadero José Luis Pereda que había abierto la oferta del conjunto con tres sementales distintos. Nobleza a punto de caramelo, digna presentación y matices de fuerzas muy medidas. Acometidas encastadas pero huidizas.

En algunos pasajes se hace dura esta crónica para quien tiene que escribir sobre ilusiones y desilusiones de quien sabía que las traía en una tarde llena de color onubense y donde un torero sevillano se ha llevado con media faena y bastante mérito una tarde vestida de Puerta Grande para él. Botín para Zulueta que lleva una temporada inmaculada y llena de cosas bonitas que vino a fraguar con una certera espada tras un trasteo lleno de suavidad acompañando la buena condición del utrero, con clase pero falto de fuerzas.

Le tocó la guinda del cuarto, el más completo de la novillada y ahí Zulueta no desperdició la ocasión de arrasar una tarde que le dejaba sensaciones de triunfador y que terminó de apuntalar desde el capote una faena metida muy seriamente en triunfo donde el sevillano templó con verdad y oficio pero que inició su declive con los enganchones a la muleta. Zulueta resolvió esto con la espada. Un estoconazo en toda regla que le dejó otros dos trofeos en sus manos. Legitima victoria.

Venía calle abajo oyendo a la música apuntándole a la tarde las sensaciones a un festejo que mecía cosas determinantes en lo emocional porque dentro de ese paseíllo había alamares de oro encendiendo pasión en dos pueblos llegando a la Merced detrás de sus toreros. Debut con los del castoreño para Enrique Toro y Carlos Tirado.

No ha sido el más afortunado debut para Enrique Toro quien desde luego ha acusado ese terreno donde el novillo de tres años exige cosas y soluciones más inmediatas que el eral. Entender que esa condición huidiza de mitad de faena para arriba hay que solventarla en otros terrenos donde esa embestida encastada sacaba a flote la faena porque la continuidad en encelarlo mecía la emoción que necesitaba el tendido. Taparle las tablas a ese primer novillo suyo que regalaba el caramelo de la prontitud y de la nobleza que echaba la cara con pólvora en su embestida. Siempre se dijo aquello de pronto y en la mano. Y no fue pronto ni en la mano. Si hay diez muletazos, esos son los que tienen que ser. 

Igual métrica llegó en su segundo otro novillo que dentro de la tónica general de la novillada entregó lo poco que tenía en una faena de mucha voluntad pero sin pasión donde embaucar la tarde que Quique necesitaba desde la alegría de las notas de ese pasodoble tan bonito que siente San Juan del Puerto. Lo de fiel espada triunfadora no fue para él y con eso se terminó de diluir una tarde que era importante para el de San Juan.

Tampoco tuvo espada Tirado en ninguna de sus dos faenas. Una, su primera, donde el muletazo mandón y elegante de los comienzos apuntó a su favor renta importante. Rodilla genuflexa llevando y trayendo apuntes muy toreros. Poco a poco la condición de un novillo soso se fue llevando por el desagüe una faena anodina y sin musculo de emoción. La espada, otra vez la espada quitó apresto a todo.

Con el protestado sexto Tirado apuntó otro interesante inicio de faena donde al de Ayamonte se le notó seguro y tenaz frente al de Pereda. Pidió terrenos el novillo y el novillero armó faena en terrenos de tablas con una tarde declinando ya en el tendido embelesado en protestar a un animal que no tuvo más que esa falta de continuidad en querer comerse los engaños. Los remates finales de esas manoletinas habían sacudido a un tendido pretencioso en su poder de público para abrochar la tarde con algún trofeo más pero Tirado no acertó a borrar del camino de la espada el esqueleto del animal y se llevó dos recados presidenciales antes de que lunas cariñosas palmas despidieran al novillero cuando la noche arrastraba al último de Pereda y también las ilusiones de ver triunfar a los de la tierra. Hoy no fue.

Los preámbulos del festejo dejaron el reconocimiento hacia dos hombres que ceden el palco al relevo que llega. Juan León y Paco Pirfo merecían este partido homenaje y afortunadamente se lo han llevado entre pecho y espalda. A José Luis Pereda le regaló la Delegación de Gobierno de la Junta una carabela de plata. Buena cosa tener un barco para navegar. Ojalá tenga buena singladura. El y la feria. Hoy será día de emociones fuertes. 

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