Claves para diferenciar la tristeza y la depresión

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Al sentirnos tristes puede aparecer la necesidad de alejarnos de los demás o de perder el interés por las cosas, pero también puede ser un trampolín para nuevas actividades

Psicología y Salud: Deja de importarte lo que los demás piensen de ti

Un joven muestra su tristeza junto a la ventana.
Un joven muestra su tristeza junto a la ventana. / M. G.
Emma García Mendoza - Psicóloga

16 de julio 2023 - 06:00

Muchas personas confunden la tristeza que sienten con una posible depresión. Y es muy importante diferenciarlas para no equivocarnos en la manera de abordarlas.

La tristeza es una de las emociones básicas y se caracteriza por una sensación anímica de insatisfacción y de sufrimiento. Es verdad que cuando nuestras expectativas no se cumplen, o cuando las situaciones de la vida que nos tocan vivir son dolorosas, como la pérdida de un ser querido, un distanciamiento o una separación, nos sentimos tristes ante esas circunstancias.

La tristeza es una emoción que aparece ante los pensamientos negativos de las circunstancias que nos tocan vivir y nos duelen. Pero es una emoción muy válida, ya que nos ayuda a ver dónde tenemos que buscar ayuda, cómo tenemos que tratarnos y cómo dejar que nos traten los demás.

Al sentirnos tristes puede aparecer la necesidad de alejarnos de los demás o que perdamos el interés por las cosas, pero esto puede ser un trampolín para buscar cosas y actividades nuevas que nos den placer o diversión.

A través de las experiencias tristes podemos desarrollar nuevas capacidades de reflexión y ver otra forma de tomarnos la vida y de actuar ante la adversidad.

Hay una serie de diferencias entre la tristeza y la depresión:

1.- La duración de cada una. La tristeza es pasajera, es un estado transitorio y muy habitual. No es un indicador de un trastorno mental sino una reacción psicológica normal ante unas situaciones difíciles o que nos han dolido. Puede durar horas, días e incluso semanas, y las causas pueden ser muy variadas: un cambio hormonal, una mañana en la que nos levantamos con menos ganas o un plan que teníamos preparado se nos fastidia. La tristeza es pasajera y la depresión no. Cualquiera ha sentido tristeza en su vida pero depresión no todo el mundo la tiene.

2.- La depresión es un trastorno psicológico. Es un estado crónico de malestar y desazón, y la tristeza es uno más de los síntomas dentro de la depresión.

3.- La abulia es otro de los síntomas de la depresión. Consiste en la incapacidad de hacer frente a las tareas del día a día, como ir al trabajo, asearse, hacer la compra, etc. Perdemos la iniciativa para hacer cualquier cosa, por pequeña que sea. Sentimos que no merece la pena hacer nada y que somos incapaces de hacer nada. Esta apatía suele durar meses, no como con la tristeza, que es un periodo corto de tiempo.

4.- Hay también una diferencia cualitativa en lo que se refiere al motivo por el que nos encontramos así. En la depresión, la persona no sabe por qué se siente así, se queja mucho en consulta preguntándose por qué se siente así "si lo tengo todo". En la tristeza, en cambio, la persona sabe porque se encuentra así.

5.- La tristeza no necesita terapia, la depresión sí. La tristeza se puede superar con la ayuda de amigos, familiares; se puede dejar de estar triste, ya que es una emoción útil que nos puede ayudar para futuras situaciones en las que no nos ha ido bien y aprender de ellas. Pero una persona con depresión necesita de un profesional, ya que es un trastorno mental.

La tristeza suele aparecer con llantos, nudo en el estómago o en la garganta, presión en el pecho y los ojos se empiezan a llenar de lágrimas. A veces reprimimos esa tristeza consciente o inconscientemente, la vamos acumulando en el cuerpo sin motivo alguno hasta que explotamos.

Las razones más habituales por las que nos solemos poner triste son:

- Sentirse falto de amor de los demás.

- La muerte de un ser querido (duelo).

- El fracaso, la frustración.

- La injusticia.

- La soledad, la falta de comunicación.

- Separación o divorcio de un ser querido.

- El padecimiento de una enfermedad o dolor propio o de un ser querido.

Al tomar la tristeza y la depresión como sinónimos estamos confundiendo una emoción con una patología. Es verdad que sentirnos tristes nos hace estar incómodos y hacemos todo lo posible para deshacernos de dicha incomodidad. La tratamos como si fuese un demonio a tratar y no como una emoción adaptativa ante una situación dolorosa.

Hay que reconocer la tristeza en el cuerpo, dejarla sentir, no censurarla cuando la vemos, permitirle su expresión, compartirla con alguien, hablar de lo que nos pasa con alguien de nuestra confianza.

La depresión, según el manual de clasificación DSM5 de los trastornos mentales, tiene que cumplir una serie de requisitos para poderse diagnosticar en una persona:

A. Cinco (o más) de los síntomas siguientes han estado presentes durante el mismo período de dos semanas y representan un cambio del funcionamiento previo:

-Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días, según se desprende de la información subjetiva (por ejemplo, se siente triste, vacío, sin esperanza) o de la observación por parte de otras personas (se le ve lloroso, por ejemplo). (En niños y adolescentes, el estado de ánimo puede ser irritable.)

-Disminución importante del interés o el placer por todas, o casi todas, las actividades la mayor parte del día, casi todos los días (como se desprende de la información subjetiva o de la observación).

-Pérdida importante de peso sin hacer dieta o aumento de peso (por ejemplo, modificación de más del 5% del peso corporal en un mes) o disminución o aumento del apetito casi todos los días. En los niños, considerar el fracaso para el aumento de peso esperado.)

-Insomnio o hipersomnia casi todos los días.

-Agitación o retraso psicomotor casi todos los días (observable por parte de otros; no simplemente la sensación subjetiva de inquietud o de enlentecimiento).

-Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.

-Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que puede ser delirante) casi todos los días (no simplemente el autorreproche o culpa por estar enfermo).

-Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para tomar decisiones, casi todos los días (a partir de la información subjetiva o de la observación por parte de otras personas). Pensamientos de muerte recurrentes (no sólo miedo a morir), ideas suicidas recurrentes sin un plan determinado, intento de suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.

B. Los síntomas causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

C. El episodio no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia o de otra afección médica.

D. El episodio de depresión mayor no se explica mejor por un trastorno esquizoafectivo, esquizofrenia, un trastorno esquizofreniforme, trastorno delirante, u otro trastorno especificado o no especificado del espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos.

E. Nunca ha habido un episodio maníaco o hipomaníaco.

Está claro que la tristeza es normal y adaptativa y que la depresión es un trastorno mental.

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