8 SEÑALES de tu cuerpo que te indican que debes parar
Gente Inteligente y comunicación
El cuerpo nos habla, y cuando no se siente escuchado, nos grita, y si persistimos en ignorarlo, puede convocar una huelga general l Aprende a observar las señales que emite
EL cuerpo es como una biblioteca emocional. En él se van quedando las huellas de todas nuestras vivencias y formas de pensar, porque todas y cada una de las experiencias y pensamientos que tenemos provocan una reacción física que, con el tiempo y la repetición, pueden generar cambios orgánicos.
Así, van apareciendo arrugas, encorvamientos, pequeñas molestias continuas, dolores más o menos leves y recurrentes, o hábitos posturales poco saludables, que son el particular lenguaje de nuestro cuerpo lanzándonos mensajes de alerta. ¿Te has parado a escuchar a tu cuerpo? Te traigo ocho señales que lanza cuando te dice que necesitas parar y atenderte.
La comunicación inteligente también va de saber escucharse a una misma o a uno mismo, ser capaz de atenderse en las necesidades propias, y cuidarse emocionalmente. Y eso, por muy obvio que parezca, no es lo habitual. Lamentablemente, todavía es mucho más frecuente encontrar personas con el hábito de cuidar su cuerpo que con el de cuidarse a nivel emocional.
Mente, cuerpo y espíritu son inseparables. Y por eso, escuchar a nuestro cuerpo es una excelente forma de atendernos emocionalmente. Aquí tienes ocho señales que nos suele lanzar para recordarnos que quizás toque que nos demos un respiro…
No ignores estas ocho señales
- Te levantas ya con cansancio, a pesar de haber dormido 7 u 8 horas, y casi nada te motiva.
- Te atrapas a menudo bostezando, o en gestos y posturas incómodas, como la espalda encorvada, el ceño fruncido, los labios apretados, los puños cerrados o la mandíbula tensa.
- Empiezan a ser recurrentes algunos dolores leves de cabeza o lumbares, tortícolis, quizás alguna tos nerviosa o problemas intestinales...
- Te das cuenta de que el mal humor se ha apoderado de tu día a día.
- Lo pillas todo: catarros, gripes… de todo pareces contagiarte, como si tu sistema inmunológico no te defendiera adecuadamente.
- Te falta energía y cada vez procrastinas más.
- Notas que te cuesta más concentrarte y recordar lo que tienes que hacer.
- Tus reacciones emocionales son más extremas, y acabas siendo como una montaña rusa.
Obsérvate y no aceptes estas señales como algo normal. Párate a reflexionar si son demasiado continuas y si pueden estar relacionadas con el agotamiento físico o emocional. Merece la pena que te atiendas para evitar llegar a otros síntomas más graves. El cuerpo, si no se siente escuchado cuanto te habla, te va a gritar, o te va a parar de golpe. Es muy capaz.
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