Toros

Una tarde con vitola de grandeza

  • Curro Díaz corta una oreja a su primero y dos David de Miranda en Palos de la Frontera.

  • Importante corrida de Hijos de Celestino Cuadri

Tuvo ese son de los cuadris encastados y bravos el segundo de la tarde. Reunía esas cualidades que siempre describió Fernando Cuadri hablando del toro ideal: casta, bravura y nobleza. Quizás en ello le fuese el brindis que David le envió hasta cuarta o quinta fila del tendido al admirado Fernando. Un gran toro. Una excelente faena dejando lucir de largo el afán del toro por embestir, meter la cara abajo y dejar romper la emoción que produjo su salida al ruedo.

importante y en torero

Brilló con él el de Trigueros. Quietud y valor para dejarle puesta la muleta y tirar de esa estampa de toro con suavidad; el toque preciso y el toreo levantando admiración en el tendido. Cuajaba soberbia la faena por ambos pitones y la plaza se entregaba en el acompañamiento de oles. Se entendió brillante el torero con su oponente, entendiendo perfecta la faena para el tendido. Bocanada de confianza para estar delante de toros que son diferentes y al que este segundo sacó un monumento de nobleza y clase. Un Cuadri dejándose hacer el toreo ligado y brillante que elevó la faena hasta esas dos orejas del palco.

Ese acto, continuación del primero de la tarde en donde Curro Díaz trocó a base de suavidad y buen toreo la sosería de ese que abrió plaza y al que el de Linares le dejó escrita una faena llena de entendimiento y mucha torería por el pitón izquierdo, el más completo de un animal que fue a más.Dos buenos toros dentro de una corrida cumplidora en todos los cánones que marca el toro de Cuadri. Porque después de esos saltaron los otros cuadris. Los que piden más papeles que la guardia de tráfico en una rotonda.

¡Cuanto mérito!

Papeles de oficio, de valor y de compromiso. Y ahí estuvo Curro con tercero y quinto. La plaza sin enterarse; sin meterse de lleno en la faena pero lo de este torero, ayer raya en esa raza y la infinita torería que le ha acompañado toda su carrera. Apostar por torear, por ponerse en el sitio, por dejarle la tela planchada delante de los belfos de dos toros exigentes como ellos solos y no dejar ni una fisura de duda de quien mandaba sobre el ruedo es de esas cosas importantes que sucede en una corrida de toros, con toros.

Lección sobrada de pundonor en un festejo que no terminó ninguno de rematar con los aceros pero que no tiene desperdicio alguno a la hora de valorar como estuvo este torero y como respondió David ante el cuarto de la tarde, otro exigente pupilo de Comeuñas que solo admitió con franqueza el muletazo por la izquierda. Ahí estuvo Miranda trazando el envite con pundonor evidente. Los aceros mataron el relieve de cuanto había hecho la muleta pero el acto se iba solventando con gallardía torera.

Al quinto, le pudo con arte el toreo al natural de Díaz y al sexto se lo llevaron las mulillas entre aplausos después de defenderse con ‘sabiduría’ en la muleta de Miranda y de que Rafael Carbonell aplicara brillo en esos dos puyazos en donde el de Cuadri le ganó con holgura a sus hermanos en la pelea con el caballo.Es la de ayer una de esas tardes donde la crónica tiene tantas sensaciones a priori que no es fácil definirse por cual de ellas es la que debe encabezar el análisis de una tarde diferente con cuajo, romana y un trapío fuera de dudas.

Brillo torero

También la hidalguía de esos hombres a caballo haciendo la suerte con soberbia torera. Cartes, Paco Félix, Juan Antonio Carbonell y en el punto álgido el otro Carbonell, Rafael, lidiando con el mejor toro en varas. Banderilleros poderosos ante la dificultad de la alzada y el duro envite con los palitroques. Genial Ángel Otero y Fernando Sánchez. Resolutiva y brillante la brega de Cándido. Rebosando torería también las cuadrillas en tarde exigente y actores principales en una tarde donde sus jefes de filas dieron al cara.

No ha defraudado la corrida a nadie. De todo tuvo ésta viña del señor pero si hay que ser consecuentes como aficionados digamos que no fue una tarde cualquiera. Quienes fueron a ver toreros, los vieron; quienes fueron a ver toros, los disfrutaron. Lo importante es valorar que dos toreros en un notable momento de forma se echaron para adelante en una tarde que les debe dejar mucha importancia y reconocimiento del aficionado.

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