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Política Hidráulica
La subzona oeste del Chanza (Huelva), la modernización de las instalaciones de riego del pantano del Rumblar (Jaén), la construcción de una balsa de regulación en el canal principal del Bembézar (Córdoba y Sevilla) y la consolidación de la Comunidad de Regantes del Guadalmellato (Córdoba), son algunos de los proyectos que la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) espera desarrollar con los fondos europeos de recuperación denominados “Next Generation”.
Así se lo transmitió el presidente de la organización, José Manuel Cepeda, a la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, durante la visita institucional que hizo para conocer la nueva sede de la entidad en la ciudad de Sevilla, en una semana en la que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir lanza una llamada de atención a los productores para que planifiquen sus siembras contando con el importante descenso en las aportaciones recibidas en la cuenca.
Tanto la consejera como el presidente de la asociación de regantes coincidieron en señalar que los 560 millones de euros de los fondos comunitarios que se dedicarán a la mejora de los regadíos “son pocos” para poder acometer unas obras “prioritarias para el desarrollo futuro de España” y que requieren de fuertes inversiones.
Crespo dijo que es necesario emplear esta inyección económica para avanzar “de forma decidida” en la modernización de los regadíos de Andalucía, aprovechando lo que calificó de “oportunidad histórica” que brinda Europa para financiar la ejecución de proyectos hidráulicos declarados de interés general del Estado y que se llevan demandando desde hace muchos años.
El director general de Planificación y Recursos Hídricos, Fernando Delgado; de la directora general de Ayudas Directas y de Mercados, Consolación Vera; y el secretario general de Feragua, Pedro Parias, entre otros, participaron en el encuentro.
La consejera andaluza insistió en que los fondos del “Next Generation” destinados a la modernización de regadíos deben aprovecharse para infraestructuras hidráulicas que son cruciales para el futuro de la comunidad.
A este respecto, la consejería ha recibido de distintas asociaciones y comunidades de regantes más de un centenar de proyectos de infraestructuras hidráulicas para hacerlos llegar al Gobierno de España y que se incluyan entre las obras a financiar con estos fondos liberados por la UE para la recuperación postcovid. Por parte de Feragua se han recibido un total de 46 actuaciones, entre ellas una la subzona oeste del Chanza (Huelva), otra en el pantano del Rumblar (Jaén), la del canal principal del Bembézar (Córdoba y Sevilla) y un proyecto de la Comunidad de Regantes del Guadalmellato (Córdoba).
Coincidiendo con la consejera, el presidente de Feragua ha hecho hincapié en que los fondos de recuperación de la UE son una oportunidad “para corresponder al regadío por el papel esencial que está desempeñando durante la pandemia”. A juicio de Cepeda, Andalucía debe ser la comunidad que más recursos reciba en la distribución que establezca el Gobierno de España “por el peso que el regadío andaluz tiene dentro del regadío nacional”.
La consejera puso el acento en que la ejecución de infraestructuras hidráulicas supone una inyección inversora fundamental para la reactivación económica de Andalucía en la etapa postcovid, la generación de empleo verde y para garantizar el futuro de la agricultura andaluza.
Crespo subrayó la apuesta “sin precedentes” del Gobierno de Andalucía por las infraestructuras del agua, como demuestra que las inversiones en este ámbito han crecido este año un 21%.
Por su lado, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), Joaquín Páez, ha advertido, de cara a la campaña de riego 2021, que “los datos nos obligan a revisar tanto la superficie a sembrar como el tipo de cultivo, para ser más eficientes que nunca”. En el transcurso de la primera Comisión de Desembalse 2021, Páez informó a los regantes del Guadalquivir de la delicada situación por la que atraviesa la cuenca, una tendencia preocupante que parece empeorarse en los últimos años.
La cuenca padece un 54% menos de aportaciones con respecto a la media histórica. En este mismo periodo, las precipitaciones han sido un 15% inferior y los recursos embalsados han supuesto un 32% menos que los almacenados de media en los últimos 25 años. Según Páez, hay que remontarse al periodo 2005-2008 para recordar una situación similar.
Ante estos datos, el presidente del Organismo de cuenca ha apelado al compromiso y responsabilidad del sector para consensuar unas previsiones realistas y conservadoras. “Desde la Confederación vamos a actuar pensando en el bien común y no en situaciones particulares, manejando el principio de unidad de cuenca con rigor, para evitar agravios comparativos”.
Aunque aún nos encontramos en un periodo en el que pueden producirse episodios de lluvias, en la coyuntura actual, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha informado de una previsión de desembalse para la campaña de riego 2021 de 925 hm³ para el Sistema de Regulación General, lo que supone un 14,6% menos que en 2020.
Asimismo, la previsión de dotación máxima se encuentra en la horquilla de 2.500 a 3.000 metros cúbicos por hectárea.
Con respecto a los riegos extraordinarios, la Comisión ha informado que se concretarán en la próxima convocatoria. No obstante, a partir de esta semana se podrán presentar ya las solicitudes vía web con el objetivo de agilizar al máximo todo el procedimiento.
En la actualidad, el volumen embalsado en los 48 embalses de regulación de la cuenca asciende a 3.428 hm³ (42,5% de la capacidad total de embalse), 468 hm³ menos que hace un año. A pesar de ello, está garantizado el suministro de agua para tres años respecto al abastecimiento de la población.
La falta de lluvia, unido a unas temperaturas medias “anormalmente altas” durante el mes de marzo está dañando el desarrollo de los cereales de invierno que, en esta campaña, estaban teniendo un buen desarrollo, según advierte Asaja Córdoba.
La organización agraria ha informado de que la ausencia de precipitaciones en este mes crucial le está perjudicando a todos los cereales y está afectando a las siembras provocando, por un lado, la degradación de los cultivos sembrados, especialmente los cereales y leguminosas y, por otro, el adelanto de los ciclos vegetativos de los árboles frutales, frutos secos y olivar.
En el caso de los cereales de invierno, concretamente el trigo, la avena y la cebada, estaban terminando de desarrollarse adecuadamente, pero se están observando ya los síntomas de falta de precipitaciones. En los cultivos de primavera, como el girasol, que empezaron a sembrarse con normalidad, debido a estas temperaturas y la falta de precipitaciones, se ha parado la siembra.
Este retraso de las labores es debido a la falta de humedad en las parcelas. También está siendo comprometida la futura cosecha de aceituna. Teniendo en cuenta que el olivar se encuentra en la fase final de recolección de la actual campaña, serían necesarias las precipitaciones para el abono y tratamientos de las plantaciones de primavera de cara a la próxima temporada.
Asimismo, las zonas ganaderas del norte de la provincia de Córdoba necesitan lluvia por la cada vez peor situación de los pastos.
Asaja Córdoba califica la situación de “alarmante”, pues la falta de reservas hídricas provoca “el debilitamiento de la planta en un momento que debería ser de pleno desarrollo del pasto de cara a la primavera”.
Añade que las explotaciones de heno que se dedican a la alimentación animal no están madurando correctamente. Esta situación está causando una “grave preocupación entre los ganaderos de cultivos en extensivo, que verán incrementados los costes de alimentación del ganado si definitivamente no hay un desarrollo adecuado del alimento natural”, añade.
La huella hídrica de la actividad en granjas de porcino se ha reducido en un 15% en los últimos 10 años gracias, entre otras cuestiones, a la mejora en los índices de conversión del pienso o la optimización de instalaciones, equipos y calidad del agua, así como de sistemas de limpieza y refrigeración, según los datos aportados por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) con motivo del Día Mundial del Agua.
Además, diversos estudios prevén una disminución del empleo de agua en otro 10% adicional en 2030 y de hasta un 40% en 2050 gracias, entre otros factores, a las mejoras de los rendimientos en granja -productividad, ritmos de crecimiento y eficiencia en el uso de agua y del pienso- y a las restricciones de la huella hídrica de las materias primas en la formulación de los piensos.
Interporc reitera el firme compromiso del sector porcino con el consumo responsable de agua.
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