La ex de Montoya ofrece a la juez una coartada y queda en libertad

Crimen de Laura Luelmo

Josefa dice que el día de autos estaba en el Centro de Drogodependientes de Jerez de la Frontera

Josefa Carmina G.C., a su salida de los juzgados de Valverde en la tarde de ayer. / Josué Correa
Raquel Rendón

21 de mayo 2019 - 04:59

Valverde del Camino/Pesaba sobre ella una orden de detención desde que el pasado jueves no se presentara ante la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino para prestar declaración como investigada por el crimen de Laura Luelmo, pero Josefa Carmina G.C. asegura que un día después (el viernes) envió por fax a sede judicial la documentación que acredita que su inasistencia se debió a que estaba enferma.

La expareja del principal imputado por el secuestro, el asesinato y la agresión sexual de Laura Luelmo se encontraba ayer mejor de salud, dijo, y acudió voluntariamente al órgano judicial valverdeño. Lo hizo en torno a las 13:00 y la juez, Elvira Mora, la recibió sobre la marcha. Josefa solicitó a la instructora de la causa que la oyera en declaración. La juez no puso reparos, siempre que las partes pudieran asistir a la comparecencia en horario vespertino. Le indicó que todavía estaba activa la orden de detención, pero que la desactivaría en vista de su buena disposición.

Desde el Juzgado Mixto 1 de Valverde se contactó con los letrados de acusación y defensa y con la Fiscalía. Todos accedieron a asistir a la práctica de la diligencia, señalada para las 16:00.

Josefa aguardó durante un largo rato en el recibidor del Palacio de Justicia, visiblemente nerviosa, hasta que fue llamada al interior de la sala de vistas, momento que se produjo a las 18:10. Pasó allí 45 minutos. A las 18:55 volvió al vestíbulo, acompañada por su abogado, y estuvo a la espera de que le dieran permiso para marcharse. No salió de las dependencias judiciales hasta las 19:25.

A la salida, indicó a la prensa que dentro de la sala "me han preguntado lo normal, nada del otro mundo". Aseguró que se sentía "muy contenta" y sorprendida porque las partes la habían tratado muy bien.

Al único al que no quiso responder fue a Miguel Rivera, el abogado de Bernardo Montoya. El resto le preguntó "por lo que estaba diciendo él de mí" –hay que recordar que el investigado la señala como la asesina de la profesora zamorana–, pero ella respondió "que yo no tengo nada que ver ni tengo culpa de que ese hombre se lo invente".

Afirmó que de todo se ha ido enterando "por la televisión" y que hacía "muchísimos años" que no veía a Montoya ni pisaba El Campillo, así como que no conoce de nada a la actual pareja del encausado, quien está dispuesta a declarar contra ella, según la defensa.

Preguntada por si ha ofrecido una coartada, Josefa indicó que sí, que el día en el que desapareció Laura ella no estaba en la localidad minera sino en Jerez de la Frontera, concretamente "en el CPD (Centro de Atención al Drogodependiente) haciéndome analíticas y comiendo en un comedor social", algo que al parecer ha podido acreditar con documentación.

"Mira como hay dios que es verdad que puedo explicar todas mis cosas, así que Bernardo Montoya lo tiene claro, más vale que se muera solo ahí o que lo maten en la cárcel mejor, que le hagan lo que le ha hecho a Laura allí en la cárcel", espetó ante los micrófonos la jerezana.

Josefa Carmina G.C. reiteró su inocencia y volvió a arremeter contra su expareja: "Él lo trae en la sangre el matar, porque a ese tío creo que es que le gusta matar y ya está".

A todo sumó que "la muerte de esta chiquilla la tiene que pagar porque va a querer ella desde arriba que se aclare la verdad". Sobre Laura dijo que "la quitó el bicho raro ese de en medio, qué pena de niña, no tiene vergüenza", al tiempo que se mostró apenada por lo que le sucedió a la joven zamorana.

"Ya hemos terminado con el tema y no me han citado para otro día", apuntó, aunque sí "les he dejado mi dirección por si me tienen que notificar algo".

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