El plan de choque contra las listas de espera permite intervenir a 433 pacientes más en Huelva
El SAS anuncia una investigación al detectar "nuevas anomalías en la gestión de las listas de espera"
Huelva/El Plan de Choque contra las listas de espera impulsado por el Gobierno andaluz desde el 1 de abril en los hospitales onubenses ha permitido intervenir a 433 pacientes más en la provincia, mejorando así la respuesta asistencial a la ciudadanía.
Según los datos del último balance presentado por el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, en el Pleno del Parlamento, 433 pacientes más han salido de la lista de espera quirúrgica en la provincia de Huelva, lo que supone un incremento del 9,4%, si se compara el periodo de 25 de marzo a 31 de mayo de 2018 con el mismo periodo del año actual.
Este aumento de los pacientes onubenses intervenidos se desglosa de la siguiente manera: en cuanto a la actividad ordinaria, han salido de la lista de espera por intervención quirúrgica 201 más, es decir, un 5,3% más. Con relación a la actividad extraordinaria y la continuidad asistencial, que se corresponden con las operaciones programadas en horario de tarde y los fines de semana, han aumentado en 14 y 20 más, respectivamente, un 66,6% más en el caso de la primera categoría y un 6,4% en la segunda. Mientras que en el apartado de los conciertos, se han llevado a cabo 208 intervenciones más.
Está previsto que el Plan de Choque contra las listas de espera se desarrolle hasta el 31 de diciembre en el conjunto de AndalucíaPlan de Choque, dotado para ello con un presupuesto de 25,5 millones de euros. La administración sanitaria sustenta el Plan de Choque en tres líneas de acción principales, que son la mejora del rendimiento quirúrgico, la programación de actividad en los quirófanos por las tardes de los días de diario y durante los sábados, y en la actuación de equipos móviles que se desplacen a los centros en los que sean reclamados para intervenir.
La primera fase de este plan se centra en la respuesta a la demanda quirúrgica; la segunda, que la Consejería de Salud y Familias pondrá en marcha en los próximos meses y que correrá en paralelo a la culminación de la primera, tendrá por objeto la reducción de la lista de espera en las consultas de especialistas hospitalarias y para realizarse pruebas diagnósticas.
Investigación reservada
El consejero del ramo ha anunciado también en el Parlamento la apertura por parte del Servicio Andaluz de Salud (SAS) de una información reservada tras encontrar nuevas anomalías en la gestión de las listas de espera. Jesús Aguirre explicó que la administración sanitaria ha detectado más casos de pacientes “guardados en los cajones”, entre ellos 22.230 pacientes a los que el SAS tardó 300 días en inscribir en el registro de demandantes de una intervención quirúrgica una vez que el especialista les prescribió la operación. “La norma dice que el plazo para inscribirlos es de treinta días tras la presentación de la solicitud por parte del paciente, pero estos 22.230 pacientes multiplicaron por diez su espera”, ha declarado el titular de Salud y Familias.
El consejero ha detallado que estos enfermos, a los que el SAS ha operado durante los primeros meses de 2019, son de distintos procesos quirúrgicos. “Nuestra primera preocupación es que fueran atendidos. En 2019, y en cataratas, la mayoría de estas personas ya no están en la lista de espera, gracias a la realización, por parte de nuestros profesionales, de una buena gestión de cola, que es un procedimiento por el cual se prioriza a los pacientes que más tiempo llevan esperando”, ha señalado Aguirre.
El afloramiento de esta bolsa de pacientes que durante el pasado año multiplicaron por diez el plazo de inclusión en las listas de espera ha sido posible, tal como ha detallado el titular de Salud y Familias, gracias “a las instrucciones que les hemos dado a los inspectores médicos de la Consejería para que entren en el SAS con la finalidad de que miraran los procesos asistenciales, porque con el anterior gobierno, los inspectores médicos de la Consejería no entraban en los hospitales del SAS”. Así, Aguirre ha destacado que “hemos ordenado numerosas inspecciones para saber cómo se gestionaban realmente estas listas de espera, y estas indagaciones tienen una incidencia directa en el aumento de las listas de espera, por lo que no tendría sentido publicar los datos de listas de espera hasta que finalice esta actividad inspectora” y esté pendiente el expediente de información reservada.
Entre las anomalías que los inspectores han podido constatar se encuentran las siguientes: “Ha habido agendas cerradas que solo se abrían el mes anterior, esto es, se encontraban en situación de ‘no tramitadas’, es decir, se recibe la solicitud del Registro de Demanda Quirúrgica pero no se registra de entrada. Por lo que no se le da trámite y se guardan en un cajón del que luego se irán sacando poco a poco pero sin que figuren en el registro de la AGD (Aplicación para la Gestión de la Demanda)”.
Otra práctica común era que cuando a un paciente le correspondía la intervención se le decía que debía visitarlo de nuevo el especialista. De este modo, no se inscribía en la lista de espera de la intervención. “A otros pacientes se les inscribía en la lista de espera cuando estaba a punto de concluir el plazo de garantía; también hemos constatado casos de reevaluaciones clínicas de pacientes y que no están documentadas en la historia clínica. Por tanto, se desconoce por qué se realizaron”, ha añadido Aguirre, que ha indicado además que los inspectores han detectado casos “de destrucción de parte de la documentación cuando ya se había intervenido al paciente”.
Las anomalías en la gestión de las listas de espera incluían además la práctica de que “cuando a los pacientes se les asignaba la situación de intervenciones Temporalmente No Programables, es decir, que por diversas causas no se podía realizar la intervención quirúrgica, eran sometidos a una reevaluación clínica por decisión del médico o del paciente no justificadas ni documentados en la historia clínica”. Los inspectores han tenido conocimiento además de documentos que no están firmados por los médicos ni por los pacientes; de que se pasa a la situación de Temporalmente no Programable por llamadas telefónicas de pacientes (sin que quede constancia por escrito); y de que el pase a Temporalmente no Programable se produce en fechas próximas a que se consuma el plazo de garantía reglado para la operación quirúrgica.
Las irregularidades afectaban además a la gestión de las citas con centros concertados. “El SAS ofrecía al paciente que su intervención se realizara en un centro privado el mismo día que se inscribía en la lista de espera y se le daba de baja de la lista de espera al paciente una vez que era derivado al concierto”, ha dicho el consejero. “Es evidente que este tipo de acciones son inadmisibles en el SAS y analizadas en su conjunto, no solo puede atribuirse a una pésima gestión, sino que pensamos que perseguían un objetivo político: reducir las listas de espera en Andalucía”, ha concluido el consejero de Salud y Familias, que ha avanzado que de la información reservada que ha iniciado el SAS “podrían derivarse la apertura de expedientes disciplinarios, es decir, procedimientos administrativos sancionadores para aquellas personas responsables”. “Si de la instrucción y resolución de estos expedientes, se deriva, en su caso, que se ha podido infringir, además de la normativa administrativa, la legislación penal, se comunicará a la Fiscalía y a los órganos jurisdiccionales competentes”, ha recalcado
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