Pesca a señuelo desde kayak o embarcación en la desembocadura de la ría de Huelva
Los pescadores onubenses Antonio Ceada y Antonio Sabina disfrutan de una divertida jornada frente al puerto deportivo de Mazagón. Pesca de fondo de corvinas y samas
Huelva/Pescar en kayak, o en embarcación son dos modos distintos de vivir una misma pasión. Una experiencia que es posible en la desembocadura de algunos de los estuarios del litoral onubense, como es el caso de la ría de Huelva, donde la abundancia de pelágicos coincidiendo con el verano hace que numerosos aficionados a la pesca a spinning y curricán salgan a navegar con el objeto de disfrutar de divertidos combates.
Para ello hay que seleccionar los señuelos más efectivos que nos permitan capturar estos potentes túnidos empleando la modalidad de curricán en una amena jornada en la que practicar una pesca responsable devolviendo los peces a su medio tras ser capturados.
En el vídeo que se adjunta, una nueva entrega del onubense Dani Salas, se acompaña a dos aficionados onubenses en una jornada de pesca bajo esta atractiva modalidad, marcada sobre todo por la efectividad de los señuelos de ría.
En el puerto de Mazagón Antonio Ceada ya tiene todo preparado para afrontar la jornada. Estrena kayak, equipado con un motor eléctrico de última generación, y está ansioso por iniciar la actividad. Su compañero de pesca, Antonio Sabino, llega con su barco a remolque.
Una de las ventajas que ofrecen estas ligeras embarcaciones es su versatilidad para la captura de diferentes pesqueros. La comodidad de este kayak permitirá a Antonio montar por primera vez los equipos mientras se dirige al punto de pesca, que en principio es una zona a poca profundidad frente al puerto de Mazagón, justo en la desembocadura de la ría de Huelva.
Aquí se emplean señuelos duros, alternados con vinilos para atraer los ataques de los túnidos. Desde la embarcación se sueltan unos 50 metros de trenzado, algo más que desde el silencioso kayak y muy pronto comienzan los primeros ataques en superficie debido a la presencia de un cardumen justo debajo del casco del barco. Así las cosas, la primera picada no se hace esperar y una bacoreta inaugura la jornada.
El banco de estos peces se desplaza con rapidez, por lo que hay que volver a localizarlo probando señuelos en diferentes capas de agua. Una tarea casi imposible y que obliga a ambos pescadores a ir cambiando de zona de pesca en una imprevisible mañana veraniega. Hay que estar atentos a los charranes, los mejores aliados en esta modalidad ya que con su actividad se encargan, sin saberlo, de guiar a los pescadores hacia el pesquero.
En estos fondos arenosos también abundan los peces araña, una peculiar especie que hay que tratar con mucha precaución y con experiencia.
El sol comienza a apretar y ambos aficionados a la pesca deportiva siguen buscando a unos depredadores que en esta ocasión se están haciendo de rogar. Pronto localizan otro cardumen, que tampoco es exactamente la especie que vienen buscando. Y es que, en días como el de hoy, hay que emplearse a fondo para localizar el pescado, prestando atención a cualquier indicio que marque actividad con mucha paciencia y variando a veces de velocidad o de señuelo para lograr el objetivo de todo aficionado: ver como se dobla el puntero de una de sus cañas.
Poco a poco se van produciendo picadas y capturas, que son devueltas a su medio en el empeño de estos dos aficionados onubenses por practicar una pesca responsable.
Quedan ya pocos minutos para que finalice esta entretenida jornada de pesca, a la que aún le quedan algunas capturas por disfrutar, hasta que los peces cesan su actividad. Es el momento de poner rumbo a puerto pensando ya en la próxima jornada de pesca en estas ricas aguas onubenses.
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