Huelva cierra un año con un doble crimen y otros cuatro homicidios

Balance 2019 | Sucesos

No se registraba una cifra tan abultada de asesinatos consumados desde el ejercicio 2016

Miembros de la Policía Judicial en el lugar de los hechos en Costa Esuri.
Miembros de la Policía Judicial en el lugar de los hechos en Costa Esuri. / Jordi Landero
Raquel Rendón

03 de enero 2020 - 05:53

Huelva/Dicen los expertos que los crímenes registrados en Huelva en 2019 son algo coyuntural, no atribuible a ninguna causa en concreto. Pero lo cierto es que no se registraba una cifra tan abultada de asesinatos y homicidios consumados en la provincia desde 2016: un doble crimen y cuatro muertes violentas en doce meses.

La naturaleza de cada uno de ellos ha sido bien diferente. Ha habido ajustes de cuentas por razones de narcotráfico, peleas que han acabado de forma trágica o un asesinato machista.

El primero que se produjo en el año tuvo lugar en la noche del 10 de abril en el salón de juegos Picasso de la capital. Un encuentro fortuito entre dos viejos amigos (convertidos en enemigos acérrimos) acabó en tragedia. La víctima, F.J.H.V., y el acusado del homicidio, C.J.M., se encontraron en la zona de casino, donde este último estaba jugando a la ruleta con otro amigo. Cuando el primero tuvo constancia de que se encontraba en el local, fue a por él y lo golpeó. Eran las 22:45.

La pelea apenas duró un minuto y tuvo lugar sobre la ruleta. Los dos se engancharon y se dieron golpes hasta que cayeron al suelo. Lo siguiente fue que F.J.H.V. dijo que lo habían pinchado. Presentaba dos cuchilladas que acabaron con su vida poco después en el hospital.

Cuatro días más tarde trascendía la desaparición de Samuel Vizcaya, un joven onubense de 27 años que salió a trabajar aquel domingo de Ramos, 14 de abril, y nunca regresó a casa. Primero se halló su coche calcinado en el camino del cementerio de Huelva. Dos días después, su cuerpo sin vida fue localizado en el fondo de un pozo de una parcela del camino cartayero de Los Bayos. Presentaba un disparo, una ejecución que sesgó su vida de un plumazo. Sus restos mortales aparecieron junto a los de Manuel Granado El Sevillano, quien parecía ser el objetivo principal de los dos principales investigados por este asunto, los cartayeros J.A.M.B. y J.M.P.P., quienes reconocieron los hechos y se encuentran en prisión preventiva por el doble asesinato.

Samuel pudo ser una "víctima circunstancial". Dejó mujer e hija de dos años. La esposa de uno de los dos arrestados también está siendo investigada por el encubrimiento de los hechos.

El sábado 8 de junio Ayamonte amanecía con la terrible noticia del hallazgo de los cuerpos sin vida (con evidentes signos de violencia) de los cubanos Lisbet Lastre y Erasmo Lazcano en la vivienda conyugal de Costa Esuri. A las 8:30 se producía la primera llamada al 112 alertando de los gritos de auxilio que se oían en el domicilio del matrimonio, un chalé adosado del residencial Lomas de Esuri.

Cuando la Guardia Civil llegó a la casa de la calle José de Espronceda los dos estaban muertos. El crimen se investiga bajo el epígrafe de la violencia machista y Lazcano ni siquiera consta en el Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior como víctima de homicidio.

Rápidamente, por ello, se descartó la intervención de terceras personas en las muertes violentas. El cuerpo sin vida de Lisbet, que solo tenía 28 años, presentaba múltiples puñaladas, mientras que él (56 años) había recibido un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente. Todo apunta, pues, a que Lisbet se defendió de su agresor con el martillo que portaba cuando fue localizado su cadáver.

Fuentes cercanas al matrimonio explicaron que ella en la mañana del sábado iba a dejar definitivamente el hogar conyugal para instalarse de forma permanente en casa de sus padres, también en Ayamonte. Lisbet había decidido poner fin a la relación un mes antes y Erasmo no había encajado bien la ruptura. "Él estaba totalmente desesperado, deprimido, parecía un zombie". Ambos tenían un hijo en común de solo cuatro años.

El 19 de julio otro hecho luctuoso se producía en la comarca de la Costa. Esta vez en Lepe, concretamente en un asentamiento cercano al cementerio de la localidad. El atacante está en prisión provisional por un delito de asesinato.

Todo apunta a que fue una pelea la causa del incidente, que acabó con la víctima herida de muerte por arma blanca. Cuando la Guardia Civil recibió el aviso y se personó en el lugar, el hombre lesionado todavía estaba con vida. Poco después fallecía sin que los sanitarios pudieran hacer nada por salvarlo.

El capítulo de muertes violentas se cerró el 14 de diciembre, cuando un fuego declarado en un asentamiento chabolista de Palos de la Frontera acabó con la vida de un joven de 23 años que no pudo salir de la infravivienda donde se iniciaron las llamas. Un hombre fue detenido el lunes 23 como presunto autor del incendio. El juzgado de guardia de Moguer ordenó su inmediato ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

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