El seísmo de Lisboa, la erupción del Krakatoa y los mayores tsunamis de la historia

Sociedad

Gráfico interactivo: Doce grandes tsunamis que asolaron al mundo desde el siglo XVIII

Terremotos y volcanes han provocado los grandes maremotos de los últimos años

El tsunami que seguro llegará a Huelva

Imagen de la irrupción de la ola en la costa japonesa tras el terremoto de 2011.
Imagen de la irrupción de la ola en la costa japonesa tras el terremoto de 2011.

La amenaza de tsunami en las costas de Huelva y Cádiz y en todo el Algarve portugués es real. Los precedentes en la historia apuntan a un fenómeno recurrente, que volverá a repetirse con los años, aunque ahora no se pueda precisar en qué momento ocurrirá.

Un ejemplo del riesgo existente es también la erupción volcánica de este domingo en la isla de La Palma, en Canarias, donde la mayoría de la población descartaba encontrarse a lo largo de su vida ante un fenómeno así en un volcán terrestre.

Y hay que tener en cuenta que los mayores tsunamis registrados en el mundo fueron provocados por terremotos, aunque también los ha habido por grandes erupciones volcánicas, como la del Krakatoa en 1883, que es uno de los fenómenos naturales más destructivos de la historia reciente. Otro más hubo en la misma zona por idéntico motivo en 2018, va a hacer en diciembre sólo tres años, que sorprendió a todos por no ser anticipado por los sistemas de alerta del Pacífico, centrados en seísmos.

Esos sistemas son consecuencia del tsunami más mortífero de la historia, el de Indonesia en 2004, que superó en número de víctimas al provocado por el terremoto de Lisboa de 1755. Aquellos fueron grandes seísmos que generaron grandes olas en el océano. Es lo que sucedió en 1960 con el mayor temblor de la historia desde que hay registros, el de Valdivia (Chile), de 9,5 grados, o el más reciente en Japón, en 2011, de 9,1 grados, como el de 2004.

Otro de 9,2, en Alaska, dejó 128 víctimas mortales en 1964, aunque es más recordado el de 1958, con sólo 39 víctimas pese a que la ola generada por un seísmo de 8,3 alcanzó la mayor altura jamás registrada: 525 metros.

Aunque la mayor actividad sísmica y volcánica se encuentra en el Pacífico, en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, en el que se enmarcan Indonesia, Japón, Alaska o Chile, también se registran fenómenos de este tipo en Europa, donde se han generado tsunamis destructores, como el de Italia de principios del siglo XX o el conocido de Lisboa del XVIII. Una muestra más de que hay que estar alertas.

Recreación del volcán Krakatoa, cuya erupción en 1883 fue uno de los fenómenos más destructivos de la historia.
Recreación del volcán Krakatoa, cuya erupción en 1883 fue uno de los fenómenos más destructivos de la historia.

Krakatoa, 1883

Fueron dos días de erupciones y fuertes explosiones en la isla de Rakata, en el estrecho de Sonda, entre Sumatra y Java, en Indonesia, que llegaron a su culmen el 27 de agosto de 1883. Antes ya había avisado del inicio de su actividad en mayo y junio, aunque no se le había hecho mucho caso, confiados de que no iría a más. Aquel día se llegaron a producir deflagraciones con un estruendo que se escuchó a más de 3.500 kilómetros de distancia, en la costa occidental de Australia, y en Mauricio. Dicen que es el mayor sonido registrado jamás por el hombre en la Tierra. El índice de explosividad volcánica se elevó a su máximo, la magnitud 6, con un equivalente a 200 megatones de TNT, 13.000 veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima.

Más de 20 millones de toneladas de azufre fueron liberadas y las cenizas en suspensión llegaron a afectar a casi toda la Tierra durante varios años, provocando un descenso de la temperatura global superior a 1ºC. Incluso hay teorías de que el colorido del cielo en el cuadro El grito, de Edward Munch, es reflejo de los efectos de la erupción del Krakatoa.

Tres cuartas partes de la isla quedaron destruidas, incluido el propio volcán, que acabó consigo mismo, dejando casi 40.000 muertos, también por uno de los tsunamis más mortíferos de la historia, con olas de más de 40 metros de altura.

Recreación del maremoto que afectó a Lisboa, a Huelva y gran parte de la costa occidental de la península ibérica.
Recreación del maremoto que afectó a Lisboa, a Huelva y gran parte de la costa occidental de la península ibérica.

Lisboa, 1775

El seísmo registrado el 1 de noviembre de 1755 al suroeste del cabo de San Vicente, en pleno Atlántico, quedó para todos conocido como el terremoto de Lisboa, aunque provocó una gran destrucción a lo largo de toda la costa de Huelva, incluida la capital onubense, y se sintió en casi toda la península ibérica.

Los testimonios de la época llevan a calcular que tuvo una magnitud de 8,7 que provocó la destrucción casi completa de la capital portuguesa, además de acabar con muchas construcciones del oeste y suroeste peninsular. En torno a 100.000 personas perdieron la vida, probablemente más. Y buena parte de ellas, desaparecidas, se debió al gran tsunami provocado, con olas de hasta 13 metros de altura que castigaron distintas zonas costeras.

Dentro de cuatro años se cumplirán 250 años del desastre. Ese número se acerca a la recurrencia histórica de eventos de este tipo en la región. Por eso los expertos avisan de que hay que estar preparados por si en cualquier momento se produce algo parecido, aunque su intensidad fuera menor.

Destrucción dejada por el tsunami de Indonesia en 2004.
Destrucción dejada por el tsunami de Indonesia en 2004.

Indonesia, 2004

El referente más cercano en la memoria para todos, por su repercusión, es, además, el más mortífero de la historia. Aquel 26 de diciembre de hace sólo 17 años (faltan tres meses para cumplirlos) dejó 227.898 víctimas, número oficial. Puede que hubiera más, por los muchos desaparecidos en zonas deprimidas sin registro oficial de población.

Un terremoto de 9,3 grados, uno de los mayores de la historia, se registró en Sumatra (Indonesia) y acabó afectando a 14 países con un tsunami que registró olas de entre 30 y 40 metros. Se calcularon más de 14.000 millones de dólares en pérdidas, aunque la región volvió de nuevo a abrirse pronto al turismo. La película Lo imposible narra la historia de una familia española, de vacaciones en ese momento allí, que logró sobrevivir al desastre.

Efectos del tsunami por el gran terremoto de Valdivia, en Chile.
Efectos del tsunami por el gran terremoto de Valdivia, en Chile.

Valdivia, 1960

El 22 de mayo de 1960 tembló la tierra en Chile como nunca antes lo había hecho en todo el mundo. Al menos desde que se tiene instrumental de medición. El seísmo de Valdivia, con una magnitud de 9,5, es el mayor de la historia, y dejó más de 1.500 muertos.

La tierra tembló durante diez minutos, aunque el tsunami posterior alcanzó un gran poder destructor. El terremoto provocó que el nivel del mar en la costa chilena llegara a elevarse 4 metros, antes de retraerse rápidamente y golpear una primera ola de 8 metros y una posterior de 10 metros. El maremoto tuvo también reflejo al otro lado del Pacífico y llegó hasta Hawai y Japón en pocas horas.

El megatsunami de bahía Lituya, en Alaska, el de mayor tamaño de la historia, con 525 metros.
El megatsunami de bahía Lituya, en Alaska, el de mayor tamaño de la historia, con 525 metros.

Bahía Lituya, 1958

Al sur de Alaska, se registró el 9 de julio de 1958 un terremoto de magnitud 8,3, aunque lo más destacado de ese temblor fue la gran ola desencadenada que golpeó de forma violenta la bahía Lituya. No ha habido ningún otro tsunami de tamaño parecido: 525 metros de altura.

Éste es conocido por los investigadores como el megatsunami por sus descomunales dimensiones, que dejó efectos concluyentes en la línea de costa, al arrasar toda la vegetación forestal de la costa y dejar a la vista la superficie rocosa.

La bajísima densidad poblacional de la región evitó un mayor desastre y sólo se contaron 39 víctimas, algunas de ellas sorprendidas a bordo de sus embarcaciones. Sorprendentemente otras dos personas que navegaban en la zona, testigos de excepción, lograron sobrevivir.

Mesina, 1908

Europa no se ha librado de los tsunamis también en época reciente. Hace poco más de cien años, en Italia, en el estrecho de Mesina, entre la isla de Sicilia y la región de Calabria, al sur de la península, sufró un fuerte terremoto con una magnitud de 7,2 y una intensidad de grado máximo en la escala de Mercalli.

A los diez minutos de que temblara la tierra, las aguas del Mediterráneo se alejaron de la costa en ambos márgenes hasta 80 metros para sufrir a continuación el embate de olas de hasta 3 metros de altura que provocaron, al menos, 2.000 muertos.

Realmente no hay cifras muy concretas de víctimas, ya que distintas fuentes de historiadores apuntan a un mínimo de 75.000 y un máximo de 200.000 fallecidos por el seísmo y el posterior tsunami, después de que las ciudades de Mesina y Regio Calabria prácticamente fueran destruidas.

Captura de un vídeo con la entrada del tsunami en la costa japonesa en marzo de 2011.
Captura de un vídeo con la entrada del tsunami en la costa japonesa en marzo de 2011.

Tohoku, 2011

El 11 de marzo de 2011 se produjo uno de los terremotos de mayor magnitud de la historia. Sus 9,1 grados de magnitud y los seis minutos que estuvo rugiendo la tierra, con epicentro en pleno mar, le convierte también en el mayor de Japón desde que hay registros. Y no es poca cosa en un país acostumbrado a convivir con este tipo de desastres naturales.

Pero en este caso, las imágenes que han quedado grabadas en todos es la llegada del tsunami a la costa , con olas de hasta 40 metros de altura que arrasaron con todo a su paso y alteraron el perfil costero, según se comprobó después en imágenes de satélite.

La central nuclear de Fukushima quedó gravemente afectada, dejando el mayor accidente desde Chernobil, y hubo casi 20.000 muertos en una población muy preparada para actuar ante terremotos y tsunamis. Si no hubiera sido así, aseguran, las cifras serían ahora mucho mayores.

Prince William Sound, 1964

El Gran Terremoto de Alaska, también conocido como el Terremoto de Viernes Santo, se produjo el 27 de marzo de 1964 muy cerca de una de las principales ciudades del estado, Anchorage. Con una magnitud de 9,2 es el tercero mayor de la historia, tras Valdivia e Indonesia.

La cifra de bajas entre la población fue de 190, de las que 130 se atribuyen al tsunami posterior, a lo largo de la costa de Alaska, Canadá, Hawaii y el oeste de Estados Unidos. Hay registros de que la ola llegó a alcanzar cotas de hasta 67 metros.

Erupción del volcán Anak Krakatoa en Indonesia hace sólo tres años, en 2018, cuando generó un gran tsunami no esperado.
Erupción del volcán Anak Krakatoa en Indonesia hace sólo tres años, en 2018, cuando generó un gran tsunami no esperado. / Ghazali/Efe

Anak Krakatoa, 2018

La salvaje erupción del Krakatoa en 1883 acabó con el propio volcán, aunque años más tarde, en 1927, surgió una isla con un nuevo volcán en su lugar. Fue bautizado como Anak Krakatoa (El hijo de Krakatoa) y también ha mostrado actividad en sus casi cien años de existencia.

El 22 de diciembre de 2018 se produjo la erupción entre Sumatra y Java y el violento deslizamiento de tierra bajo el agua generó un tsunami de 3 metros que golpeó la costa y dejó 430 muertos, entre ellos quienes fueron sorprendidos durante un concierto de rock en primera línea de playa.

El sistema de alerta de tsunami instalado en Indonesia a partir de 2004 no se activaron porque no hubo ningún seísmo y la ola llegó por el volcán. Desde entonces, y a pesar de las evidencias del Krakatoa en el XIX, se trabaja en la zona para prevenir este desastre en caso de actividad volcánica.

Sanriku, Japón, 1896

El 15 de junio de 1896 se registró un terremoto de magnitud 8,5 muy cerca de donde posteriormente se produjo el de 2011, frente a la costa de Honshu. Era una de los mayores hasta la época más reciente, aunque lo que tristemente le distinguió fue el tsunami generado después, dos distintos, aseguran los registros, con proporciones mucho más elevadas a las esperadas de un seísmo de estas características. La coincidencia con mareas altas las hicieron más letales.

Las olas producidas superaron los 36 metros de altura, con una violencia inusitada, y dejaron a su paso destrucción de pueblos y ciudades y más de 22.000 víctimas. Hasta Hawai llegaron olas de 9 metros.

Papúa Nueva Guinea, 1998

De nuevo el Pacífico. Varias aldeas de Papúa Nueva Guinea, alrededor de Aitapé, quedaron totalmente destruidas el 17 de julio de 1998, arrasadas por el tsunami que siguió a un seísmo de 7,0 de magnitud. Hubo olas de 10 metros llegando a la costa y llevándose todo a su paso, dejando cadáveres en las playas y numerosos heridos casi sepultados en la arena o agarrados a los restos en el mar. En total fueron contabilizados alrededor de 2.200 fallecidos.

Tsunami de Golfo Moro, Filipinas, registrado en 1976.
Tsunami de Golfo Moro, Filipinas, registrado en 1976.

Golfo Moro, 1976

Filipinas fue castigada el 16 de agosto de 1976 con tres terremotos consecutivos con magnitudes de entre 7,3 y 7,6. Hubo más de 5.000 muertos también por un enorme tsunami, con olas de 5 metros, del que las crónicas de entonces atestiguan su gran poder destructor entre la población, con numerosos damnificados, que sobrevivieron pero quedaron sin hogar.

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